El cuerpo humano aloja un sinnúmero de células que cumplen diversas funciones en el organismo, desde facilitar la respiración, la movilidad, dotar de energía al organismo hasta permitir la reproducción de las personas. Pero para poder realizar todas estas tareas necesitan ser alimentadas correctamente.
Uno de los elementos esenciales para mantener la estructura celular es el oxígeno, que generalmente se obtiene a partir de la respiración, para luego ser distribuido al resto del organismo. De este trabajo se encarga el sistema circulatorio, razón por la que estimular el flujo sanguíneo es vital para el ser humano.
Hay dos aspectos principales para que el sistema circulatorio ande a ‘toda marcha’ y son la alimentación y la actividad física.
Siete alimentos que estimulan la circulación de la sangre
A algunos ingredientes que hacen parte de la alimentación diaria se le han conferido una serie de propiedades para favorecer la circulación de la sangre, mitigando condiciones que puedan alterarla, tales como la acumulación de sustancias grasas o cerosas en el revestimiento de las arterias, problemas con la presión arterial o con los vasos sanguíneos.
Tomate
El tomate es uno de los alimentos que suelen ser imprescindibles en la cocina por su versatilidad para integrarse en una variedad de recetas. Pero, además, se ha señalado que es fuente de micronutrientes que contribuyen a conservar el estado físico.
La Fundación Española de la Nutrición precisa que el tomate es un fruto que se encuentra en distintas presentaciones, que varían en color y tamaño, siendo el redondo uno de los más populares dentro de la alimentación. En términos generales, el tomate aporta nutrientes esenciales como el potasio, la vitamina A, la vitamina C y los folatos.
Gracias la cualidad antioxidante de compuestos como la vitamina C, explica el portal Tua Saúde, el tomate previene el daño de los vasos sanguíneos por los que se moviliza la sangre.
Nueces
La Fundación del Corazón resalta que los frutos secos tienen varios beneficios para la prevención de afecciones que alteren el funcionamiento del corazón y, por tanto, del aparato circulatorio en general. Un compuesto es común a todos estos frutos, como la nuez, y es el ácido graso omega-3, al cual se le atribuyen beneficios para disminuir la acumulación de sustancias nocivas en las arterias, como el colesterol.
Sandía
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura resalta que las frutas son uno de los grupos de alimentos valiosos para la salud, en la medida en que proveen de nutrientes, entre los que se destacan los antioxidantes y la fibra, que pueden contribuir a fortalecer la salud del corazón.
Entre ellas, se sugiere el consumo de la sandía al ser una fuente de licopeno y otros nutrientes esenciales, por lo que, de acuerdo con el portal Salud y Cardiología, puede ayudar a mantener la presión arterial en rangos adecuados y proteger al corazón.
También puede ser de interés...
Cítricos
Otras de las frutas recomendadas para el cuidado del órgano vital del cuerpo son las cítricas, debido a su contenido de vitamina C, un reconocido antioxidante, que mitiga el daño causado por los radicales libres a las células. Entre estas se listan la naranja, la toronja, la mandarina, el limón y la fresa.
Cúrcuma y Jengibre
Desde la antigüedad estas dos raíces han hecho parte de la alimentación, generalmente reconocidas por su poder para condimentar las comidas; no obstante, estas especias también se han empleado con fines medicinales.
Al jengibre se le atribuye la capacidad de controlar el azúcar en sangre, como explican desde el portal Heatlhline, una sustancia que en cantidades elevadas puede ser nociva para el organismo. Esta misma característica se asocia a la cúrcuma.
Agua
Se trata del líquido vital del cuerpo, tanto que representa hasta el 70% del peso corporal, por lo que su ingesta es fundamental para el cuidado de la buena salud. De acuerdo con el portal Mundo Deportivo, en su sección de salud, el consumo regular de agua durante el día puede inclusive mitigar el peligro de padecer enfermedades que afecten al corazón.