Mantenerse de manera activa durante el día es un requisito imprescindible para realizar de la mejor manera las labores y tareas cotidianas. Para ello, la energía juega un papel fundamental en el organismo, por lo que es necesario aumentarla.
Teniendo en cuenta datos compartidos por El Mundo, la energía en la naturaleza es sinónimo de lo que en física se conoce como el trabajo. Por ejemplo, el trabajo que demanda estar frente a un ordenador, tomando una clase en la universidad, preparando alimentos en la cocina, entre otros actos.
Para los conocedores del tema, el cuerpo se encarga de regular la energía que consume a partir de planes genéticos que son grabados en el ADN de cada sujeto.
En ese sentido, aumentar la energía se convierte en un tema de interés diario, así que hay hábitos que podrían contribuir en esta variable, como:
1. Mitigar el estrés
No es un secreto que el estrés suele dispararse en cualquier momento del día, pero no controlarlo demanda una predominante cantidad de energía. En una entrevista para Infobae, Daniel López Rosetti, cardiólogo y jefe del servicio de Medicina del Estrés del Hospital Municipal de San Isidro (Argentina) dice que cuando hay estrés, se acelera el corazón, la presión arterial sube y se altera el azúcar en la sangre.
Es por ello que “cuanto menos veces en su vida reaccione con ira o estrés agudo, es mejor para su bienestar mental, psicológico y emocional”, explica el experto.
El estrés se puede mitigar hablando con los demás, tomando pausas activas, respirando profundamente, consultando con especialista en terapia y demás.
2. Dormir bien
El descanso es fundamental para la energía, ya que mientras se duerme el cuerpo reactiva todos sus sistemas. Una de las partes que más necesita energía en el organismo es el cerebro, por lo que la Organización Mundial de la Salud estima que se debe dormir entre siete y nueve horas continuas para aumentarla.
3. Actividad física
Si bien es cierto que no a todos les gusta ejercitarse, la actividad física es una potente forma para incrementar el componente energético del organismo.
Para combatir el cansancio y la fatiga, la revista Glamour dice que se pueden llevar a cabo actividades por cinco minutos como caminar, saltar la cuerda, lagartijas, abdominales, sentadillas y yoga, respecto a esta última práctica se recomienda la posición del “guerrero sentado” o el “perro boca abajo” para mejorar la circulación y la capacidad respiratoria.
4. Alimentación
Esta es una de las acciones diarias e importantes para la energía, pues con la ingesta de ciertos alimentos se aumenta el trabajo interno y funcional del organismo. De acuerdo con especialistas en nutrición, los productos que tienen un índice glucémico bajo son los más aconsejables.
Así mismo, expertos graduados en Harvard, dicen que a la hora de comer es más importante tener en cuenta el tipo de carbohidratos que la cantidad que contienen, ya que algunos vegetales, frutas, legumbres, entre otros, son más saludables entre sí.
5. No consumir cigarrillo
Una de las prácticas más criticadas por los médicos es el consumo de cigarrillo, pues varios estudios han comprobado que la nicotina produce enfermedades degenerativas, trastornos mentales y afecciones graves.
En cuanto a la energía, Infobae dice que el tabaco actúa como un estimulante que acelera el ritmo cardiaco, eleva la presión arterial y dificulta dormir. Por su parte, un estudio de la Universidad de Ámsterdam designa que las personas que fuman constantemente se cansan más rápido.
6. Evitar el alcohol
Así como el cigarrillo, el consumo prolongado de alcohol interviene negativamente en la energía. Según la Clínica de Mayo, el alcohol puede hacer que los niveles de sangre disminuyan, lo que conduce a que se presente fatiga, debilidad y alteración del estado de ánimo de una persona.
Aunque no es una práctica que está prohibida, los expertos recomiendan ingerir alcohol con moderación, responsabilidad y consciencia.
7. Tomar agua
No por nada se cataloga al agua como un líquido de vida, lo más recomendable es ingerir ocho vasos de agua al día para evitar la sensación de fatiga y, al mismo tiempo, hidratar al cuerpo.
Los especialistas dicen que un consumo óptimo de este líquido permite eliminar toxinas, mantener la piel, mejorar la digestión y aumentar la energía.