La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento, como muchas personas creen. Según explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Salud de Estados Unidos, es una pérdida de las funciones mentales. Esta afectación es tan grave, que puede interferir con las actividades de la rutina diaria. Incluyen:

  • La memoria.
  • Habilidades del lenguaje.
  • Percepción visual (su capacidad de entender lo que ve).
  • Solución de problemas.
  • Problemas con el quehacer diario.
  • La habilidad de enfocarse y prestar atención.

Aunque el mayor riesgo de sufrir demencia es el envejecimiento, existen otros factores que también influyen como fumar, diabetes (sin control), hipertensión, consumo excesivo de alcohol y antecedentes familiares cercanos con demencia.

El Alzheimer es la forma más común de demencia y “acapara entre un 60 % y un 70 % de los casos”, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Esta entidad explica que el número de personas con esta enfermedad está aumentando rápidamente. “La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60 % viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos”.

No existen estrategias o métodos que garanticen 100 % la prevención de la demencia. Sin embargo, hay investigaciones que muestran que factores relacionados con un estilo de vida saludable pueden contribuir a disminuir el riesgo de padecer demencia.

“Los estudios poblacionales sugieren que los factores relacionados con una buena salud general pueden también reducir el riesgo de demencia y deterioro cognitivo. Entre estos factores se incluyen la actividad física regular, una alimentación sana y el mantenimiento de la actividad cerebral a través del aprendizaje permanente”, destacan los expertos de Mayo Clinic.

Un estilo de vida saludable incluye:

  • No fumar.
  • Controlar los factores de riesgo relacionados con la salud cardiovascular, presión arterial alta, colesterol elevado y diabetes.
  • Cuidar la salud mental.
  • Realizar actividad física frecuentemente.
  • Mantener un peso saludable.

La vitamina y alimentos que previenen esta enfermedad:

El portal Alimente recomienda el consumo de la vitamina B12 porque esta previene la demencia y la anemia, dado que, este nutriente mejora de forma considerable la función cerebral y fortalece la memoria, además, al promover el funcionamiento celular, estimula la producción de glóbulos rojos sanos en la sangre.

Las personas pueden obtener las cantidades recomendadas de vitamina B12 consumiendo una variedad de alimentos, que incluyen: las vísceras (hígado de res); mariscos, principalmente las almejas; la carne de res, de aves, huevos, leche y otros productos lácteos.

También se puede hallar en algunos frutos secos, tales como las almendras que, además, proporcionan importantes cantidades de ácidos grasos de buena calidad; los anacardos; las avellanas, que son ricas en vitamina E y calcio; el maní; la castaña, que aporta energía y las nueces, que ofrecen una serie de nutrientes no solo para el cuerpo, sino para el cerebro.