En la cocina es indispensable el uso del aceite para muchas preparaciones que dependen de él. Desde los fritos, que consumen mucha cantidad de este producto, hasta los platos que no requieren demasiado del aceite, como el arroz o los huevos. La verdad es que este líquido no puede faltar.
Cuando se usa este producto, puede que se le haya ido la mano al no calcular bien la cantidad que se necesitaba, por lo que en el sartén podría haber quedado una gran cantidad de aceite, y, aunque se intente cocinar de nuevo con este líquido, al ser rendidor, se demoraría un buen tiempo en utilizarlo por completo, por lo que se procede a botarlo. No obstante, el aceite no está limitado a las preparaciones culinarias.
Para que no se sienta culpable de botar este utensilio básico para cocinar, le dejamos cuatro ideas para que utilice este ingrediente de una manera más efectiva:
1. Para la fabricación de velas: Para este caso se necesita un recipiente que tenga forma de vela o veladora, para que sirva como base. También se requiere de un alambre, que se usará como base para la mecha y un hilo del algodón.
Para elaborar la vela, se hace con el alambre una base al enrollarlo en espiral y dejando un tramo ascendente sobre el que se vinculará la parte baja del hilo del algodón. Luego se sitúa esta elaboración dentro del recipiente escogido, dejando lo que sobre del hilo por fuera. Después se llena con el aceite usado, previamente filtrado, para que no presente aceite quemado y se añade la esencia líquida.
2. Para protección de muebles: Luego de que se tenga correctamente filtrado el aceite de cocina, es un gran aliado para la protección y conservación de la madera, aunque se recomienda más utilizarlo en exteriores que en el interior de la casa.
Solo basta con aplicarlo encima de los muebles y puertas con un pincel o una brocha. La recomendación en este caso es que los muebles no estén barnizados. Además de proteger la madera, el aceite les dará buen brillo. Es aconsejable que este procedimiento se haga en temporada de verano, ya que la lluvia estropea esta propiedad del aceite y la madera.
3. Fabricación de cremas hidratantes: Para esta elaboración solamente se necesita un tarro, aceite debidamente filtrado y unas láminas de cera de abejas. Se procede a introducir las láminas dentro del tarro rotas en trozos y se llevan a baño María para que la cera se funda. Después de que haya hervido, se mezcla despacio el aceite con esta cera para que quede bien.
Cuando el tarro esté lleno, se saca del baño María y se lleva a la nevera para que se enfríe. Finalmente, esta mezcla se aplica en las zonas de la piel donde haya resequedad. Entre más cera de abejas y aceite se mezcle, será más espesa.
4. Elaboración de una mascarilla exfoliante: En este caso solo se debe usar café molido mezclado con el aceite previamente filtrado. Con ambos productos, en la misma cantidad de proporción, se hace una mezcla, la cual servirá para esparcir por la cara, o por donde requiera para hidratar la piel, con el fin de también retirar la piel muerta.
Después, con agua y jabón, se retira esta mezcla de la piel para seguidamente aplicar crema hidratante. Las propiedades juntas del aceite y el café permiten exfoliar la piel de manera efectiva.
Recuerde que si tiene alguna alergia relacionada con el aceite, es recomendable seguir los consejos de su médico tratante con el fin de evitar situaciones en donde la salud se vea comprometida.