Un trastorno nervioso conocido como el síndrome de Guillain-Barré podría ser un posible efecto secundario de la vacuna contra la covid-19 de la farmacéutica AstraZeneca, de acuerdo con las actualizaciones periódicas de seguridad de la Agencia Europea de Medicamentos (AEM), informaron este miércoles agencias de noticias internacionales.

El organismo europeo alertó que hay una relación causal entre el Guillain-Barré y la inyección de AstraZeneca, conocida como Vaxzevria. Argumentan que existe “al menos una posibilidad razonable” después de que se informaron 833 casos del trastorno nervioso de 592 millones de dosis de la vacuna administradas en todo el mundo hasta el pasado 31 de julio.

La EMA clasificó el efecto secundario como “muy raro”, la frecuencia más baja de la categoría de efectos secundarios que tiene. Sin embargo, ha enfatizado en que los beneficios de la inyección superan los riesgos.

Por su parte, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos agregó una advertencia sobre el síndrome como un posible efecto secundario de la vacuna de Johnson & Johnson. Ambos biológicos utilizan tecnología de vectores virales y se han asociado con coágulos de sangre raros.

Asimismo, este organismo marcó algunos otros efectos secundarios menos graves de las vacunas de Johnson & Johnson Moderna y AstraZeneca.

El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno poco frecuente en el cual el sistema inmunitario del organismo ataca los nervios. Los primeros síntomas suelen ser debilidad y hormigueo en las extremidades. Estas sensaciones pueden propagarse rápidamente y, con el tiempo, paralizan todo el cuerpo. La forma más grave del síndrome se considera una emergencia médica. La mayoría de las personas con esta afección deben ser hospitalizadas para recibir tratamiento.

La causa exacta del síndrome de Guillain-Barré se desconoce. Sin embargo, dos tercios de los pacientes aseguran haber tenido síntomas de infección en las seis semanas anteriores. Estas pueden ser infecciones respiratorias o gastrointestinales, o el virus de Zika.

Hasta el momento, no hay una cura para el síndrome de Guillain-Barré, pero varios tratamientos pueden aliviar los síntomas y reducir la duración de la enfermedad. Aunque la mayoría de las personas con el síndrome de Guillain-Barré se recupera, la tasa de mortalidad es del 4 por ciento al 7 por ciento.

Entre el 60 por ciento y el 80 por ciento de las personas puede caminar a los seis meses. Aseguran especialistas médicos que los pacientes podrían experimentar efectos que persisten, como debilidad, entumecimiento o fatiga.

Más sobre el síndrome

Sobre la enfermedad que fue identificada y es estudiada desde mediados del siglo XIX, se sabe que afecta el sistema inmunitario y una parte del sistema nervioso periférico, que es el encargado de conectar los órganos, las extremidades y la piel con el sistema nervioso central.

Específicamente se sabe que afecta la mielina, una capa aislante que cubre los nervios, y como resultado de esta afectación, los nervios resultan incapaces de transmitir señales de una manera eficiente. De ahí que los músculos pierden su capacidad de responder, causando en la persona la sensación de debilidad.

Además, al cerebro recibir cada vez menos señales del resto del cuerpo, puede ocurrir que el individuo deje de percibir texturas, y pierda también sensibilidad ante el calor y el dolor.

Hasta la fecha se desconoce la causa de este síndrome. Lo que sí se ha podido identificar al estudiarlo es que en algunas ocasiones se desliga de una infección respiratoria o gastrointestinal, y que puede producirse también una vacuna o una intervención quirúrgica.

Este trastorno suele manifestarse con hormigueo y debilitamiento principalmente en las extremidades inferiores del cuerpo, pies y piernas, y se va extendiendo al resto del cuerpo. Aunque también existen casos de pacientes a quienes se les manifiesta primero en los brazos o la cara. A medida que la enfermedad avanza puede desencadenar parálisis en la persona.

De acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos, esto son algunas de las señales y síntomas que pueden presentar las personas que tengan el síndrome: sensación de hormigueo en manos, pies, tobillos o muñecas. Debilidad en las extremidades del cuerpo. Inestabilidad para caminar o moverse. Dificultad para hablar, masticar o tragar.