El síndrome del intestino irritable es un problema que afecta al intestino grueso, aunque las mujeres lo sufren el doble más que en los hombres, y es más común en personas menores de 45 años, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó en su portal web que los síntomas del síndrome de colon irritable varían, pero normalmente persisten durante un tiempo prolongado y los más frecuentes incluyen los siguientes:

  • Dolor, calambres o hinchazón en el abdomen relacionados con la evacuación intestinal.
  • Cambios en el aspecto de las deposiciones.
  • Cambios en la frecuencia con la que se hacen las deposiciones.
La limpieza del colon es clave para evitar complicaciones de salud. | Foto: Getty Images

Asimismo, puntualizó que otros síntomas que suelen estar relacionados incluyen hinchazón, aumento de gases o mucosidad en las heces. Ahora bien, existen más probabilidades de que se presenten síntomas si:

  • Se es joven. El síndrome de colon irritable se manifiesta con mayor frecuencia en personas menores de 50 años.
El colon hace parte del aparato digestivo. | Foto: ericsphotography
  • Se es mujer. En los Estados Unidos, el síndrome de colon irritable es más común entre las mujeres. La terapia con estrógenos antes o después de la menopausia también es un factor de riesgo para el síndrome de colon irritable.
  • Se tienen antecedentes familiares de síndrome de colon irritable. Los genes pueden influir, al igual que los factores compartidos en el entorno familiar o la combinación de genes y entorno.
  • Se tiene ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental. Los antecedentes de abuso sexual, físico o emocional también podrían ser un factor de riesgo.

Por ello, para reducir los síntomas y las molestias, el portal Mejor con Salud reveló que la menta es ideal, ya que tiene propiedades analgésicas, antiespasmódicas, antisépticas y calmantes.

El té de menta junto con el anís ayudan a desitoxicar y desinflamar el aparato digestivo. | Foto: Mythja/Getty Images

Además, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, señaló que “el té de menta actúa como relajante del músculo liso gastrointestinal, porque ayuda a reducir los espasmos que causan calambres y dolores digestivos”.

De igual forma, indicó que “el té de menta tiene un efecto estimulante sobre la secreción biliar, mejorando la digestión de los alimentos”. Asimismo, agregó que “hay estudios que demuestran que la menta podría aliviar los síntomas atribuibles al intestino irritable, controlando las diarreas en adultos y en niños”.

Entre tanto, la menta está compuesta por agua, fibra y minerales como calcio, potasio, cobre o magnesio, además de vitaminas A, B, C y D. A esto se suma que contiene un muy bajo nivel de grasa y carbohidratos.

Sin embargo, la menta puede generar insomnio si se consume en altas cantidades y por su contenido de mentol, no es recomendable para niños menores de dos años.

Sobre la misma línea, hay que señalar que consumirla en exceso puede generar náuseas y diarrea, y no debe tomarse durante el embarazo, porque puede provocar un aborto espontáneo.

De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Por su parte, se pueden tomar otras medidas para cuidar el colon como perder peso si la persona presenta sobrepeso; llevar una dieta saludable con un bajo contenido de sal y rica en frutas, vegetales y granos integrales; no beber alcohol; mantenerse activo físicamente (realizar ejercicio mínimo treinta minutos por día); dormir lo suficiente y beber mucho líquido.