Tras cinco días del temblor 6.1 y 5.1 en la escala de Richter que sacudió al país y desencadenó más de 141 réplicas hasta las 2 de la tarde del viernes, cuya poca profundidad provocó que se sintieran con mayor fuerza y zozobra. Las áreas más afectadas por estos movimientos sísmicos fueron Meta, Cundinamarca, Boyacá, Quindío, Cauca, Putumayo y Santander. Son muchas las dudas que quedan en la población acerca de los efectos colaterales que pudo haber dejado este movimiento sísmico. Uno de ellos es el síndrome post temblor.
¿Qué es?
Tras la ocurrencia de un movimiento telúrico es común experimentar una gama de sensaciones desagradables que van más allá de la simple sacudida. Entre estas, se incluyen la ansiedad que se apodera de los pensamientos, el insomnio que dificulta el descanso, la persistencia de ideas catastróficas, la sensación de nerviosismo constante y la presencia de mareos.
Particularmente, el síndrome de mareos post temblor se destaca como una de las reacciones que pueden surgir tras el impacto de un terremoto. Aunque puede ser desconcertante, este tipo de malestar es en realidad una respuesta normal del organismo humano a una situación excepcional.
La base de esta sensación de mareo radica en el cerebro, que experimenta una confusión en la interpretación de la información que recibe del oído y de la vista. Estos dos sistemas sensoriales están encargados de proporcionar datos sobre el movimiento y la orientación del cuerpo en relación con el entorno. Sin embargo, cuando ocurre un terremoto, las señales pueden volverse confusas, ya que el movimiento percibido no concuerda con lo que los ojos ven.
¿Por qué sucede esto?
Cuando la sensación de que usted o el entorno están girando o moviéndose se engaña, experimenta lo que se conoce como “vértigo”, según señala una entidad médica especializada.
Este fenómeno no se limita únicamente a la percepción de girar; en ocasiones, también se manifiestan síntomas como aturdimiento, pérdida de equilibrio, la sensación de flotar en el aire, un estado de atontamiento o incluso una sensación de pesadez en la cabeza.
Según la Revista Universitarios Potosinos, la cual está afiliada a la Universidad de San Luis Potosí, el síndrome de mareos post temblor tiene sus raíces en el sistema vestibular, el cual se localiza en el oído interno y se encarga de mantener el equilibrio del cuerpo.
Este sistema desempeña la función de enviar señales al cerebro acerca de la posición de la cabeza en relación con el suelo. Sin embargo, cuando nos vemos sometidos a una exposición continua a movimientos terrestres, como los generados por un sismo, se origina un desequilibrio en las señales emitidas por los oídos. Estas señales contradictorias confunden al cerebro al enviar información inexacta.
El resultado de esta falta de coordinación entre las señales que los oídos envían es lo que provoca la sensación de mareo después de un temblor. A pesar de que pueda resultar incómodo, por lo general no es motivo de preocupación y suele desaparecer por sí mismo después de unos minutos.
¿Qué recomiendan los expertos para combatir?
La duración de estos síntomas puede abarcar desde varias semanas hasta el período en que se produce el sismo, lo que subraya la importancia de buscar atención médica si persisten en el tiempo. En parte, resulta esencial que la persona afectada dirija su mirada hacia un punto fijo, conserve la calma y busque un espacio abierto.
A su vez, según el investigador Benjamín Rodríguez, de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de México, “es común experimentar algunos de estos síntomas después de un sismo, y pueden durar hasta 3 meses”. Sin embargo, con el tiempo, estos síntomas irán desapareciendo gradualmente sin necesidad de medicamentos ni intervenciones. Rodríguez también mencionó que recibir atención de un psicólogo puede ayudar a que todo vuelva a la normalidad.