El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer que se origina en la glándula tiroides, una hormona que ayuda a regular el metabolismo, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal. Normalmente, las personas que tienen entre 25 y 65 años y son mujeres, tienen mayor riesgo de padecer esta enfermedad.

De acuerdo con el portal Manual MSD, este cáncer tiene cuatro tipos, entre ellos el papilar, que es el más frecuente y representa el 80 % de todo los tipos de cáncer de tiroides. Como tal, este cáncer crece dentro de la glándula tiroidea, pero a veces se extiende (metastatiza) a los ganglios linfáticos adyacentes. Si no se trata, puede propagarse a zonas más distantes.

El tipo de cáncer es el folicular, que representan alrededor del 10 % de todas las formas de cáncer de tiroides y es más frecuente en las personas mayores. Este suele ser más maligno que el papilar, pues tiende a extender por el torrente sanguíneo, propagando células cancerosas en varias partes del organismo.

Por otra parte, está el cáncer tiroideo medular que comienzan en la glándula tiroidea, pero es un tipo de célula distinta de la que produce la hormona tiroidea. El origen de este cáncer es la célula C, que, en condiciones normales, está dispersa por toda la glándula tiroidea y segrega la hormona calcitonina, que ayuda a controlar el nivel de calcio en el torrente sanguíneo.

En cuanto al cáncer tiroideo anaplásico, este representa el 2 % de todos los tipos de cáncer tiroideo, pero es el más frecuente en las mujeres mayores. Este tipo de cáncer suele crecer con rapidez y suele producir un tumor grande y doloroso en el cuello, que se puede diseminar por todo el organismo.

Síntomas del cáncer del tiroides

De acuerdo con el Instituto Médico Mayo Clinic, en la mayoría de los casos de cáncer de tiroides no presentan síntomas, hasta que el tumor maligno crece. Sin embargo, en algunos casos se pueden presentar algunos síntomas que tiende a pasar desapercibidos y no se les presenta mayor atención para detectar a tiempo la enfermedad.

  • Sensación que los cuellos empieza a ser más justos o las camisas aprietan.
  • Cambios en la voz.
  • Dificultad para comer
  • Dolor de cuello y garganta

Cuando se identifica el cáncer de tiroides, se producen pequeños tumores (nódulos) en el interior que son malignos y se caracterizan por ser un tumor sólido en vez de estar lleno de líquido (quístico), no produce hormona tiroidea, es duro, crece con rapidez y se asocia a ganglios linfáticos engrosados y dolorosos en el cuello.

Para diagnosticar la enfermedad, se realizan varias pruebas. El Manual MSD detalla que las primeras consisten en pruebas de la función tiroidea, en las que se miden las concentraciones sanguíneas de la hormona estimulante del tiroides (TSH), y de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina o tetrayodotironina) y T3 (triyodotironina). A veces se realizan pruebas para detectar anticuerpos de la glándula tiroidea.

Hasta el momento se desconoce la causa del cáncer de tiroides, pero se sabe que algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo. Por ejemplo, el sexo femenino es el más propenso a padecer este tipo de cáncer porque hay una relación directa con el estrógeno, también está la exposición a niveles altos de radiación o por determinados síndromes genéticos hereditarios.