El ataque cardíaco, a lo que también se le conoce como infarto, se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que le llega al corazón, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.

Por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del mencionado órgano, a las que se les llama coronarias. De acuerdo con los especialistas, los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas y el proceso de acumulación de estas se conoce como ateroesclerosis.

A veces, una placa puede romperse y formar un coágulo que bloquea el flujo de sangre, lo que en ocasiones daña o destruye una parte del músculo cardíaco.

De acuerdo con Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los síntomas más comunes en hombres y mujeres cuando se presenta esta afección son los siguientes:

El colesterol alto y la presión arterial elevada están relacionadas con ataques cardíacos. | Foto: Getty Images
  • Molestias en el pecho: con frecuencia se presentan al centro o al lado izquierdo del pecho. Por lo general, dura más de unos pocos minutos. Puede irse y regresar y sentirse como presión, estrechez, plenitud o dolor. También como acidez o indigestión.
  • Falta de aire: algunas veces es el único síntoma que se presenta. Puede presentarse antes o durante las molestias en el pecho y ocurrir cuando la persona está descansando o haciendo un poco de actividad física.
  • Molestia en la parte superior del cuerpo: es posible que la persona sienta dolor o molestias en uno o ambos brazos, la espalda, los hombros, el cuello, la mandíbula o la parte superior del estómago.

Ataque en las mujeres

Aunque se suele pensar que las enfermedades cardíacas son un problema más común en los hombres, lo cierto es que los expertos indican que esta es una causa frecuente de muerte tanto para ellas como para ellos y por eso hay señales a las que se les debe prestar atención.

El ataque cardíaco en las mujeres puede mostrar síntomas diferentes a los hombres. | Foto: Getty Images

Si bien la sintomatología es similar para los dos, en el caso de la población femenina es posible que se presente de manera menos intensa y puede incluso ser imperceptible. “Las mujeres suelen describir el dolor del ataque cardíaco como una presión u opresión. Además, es posible tener un ataque cardíaco sin dolor en el pecho”, precisa Mayo Clinic.

En las mujeres se presentan señales específicas que no necesariamente están relacionadas con el dolor en el pecho y son las siguientes:

  • Molestias en el cuello, la mandíbula, los hombros o la parte superior del vientre (abdomen)
  • Falta de aire
  • Dolor en uno o ambos brazos
  • Náuseas o vómitos
  • Sudoración
  • Aturdimiento o mareos
  • Cansancio inusual
  • Acidez estomacal (indigestión)

De acuerdo con los especialistas, es posible que estas señales sean poco claras y no tan perceptibles como el dolor de pecho opresivo que con frecuencia se asocia con los ataques cardíacos; lo que puede deberse a que las mujeres tienden a tener obstrucciones no solo en las arterias principales, sino también en las más pequeñas que suministran sangre al corazón, a lo que se le conoce como enfermedad cardíaca de vasos sanguíneos pequeños o afección coronaria microvascular.

Las mujeres pueden presentar un infarto sin que presenten demasiados síntomas. | Foto: Getty Images

En comparación con los hombres, ellas tienden a tener síntomas más frecuentes al estar en reposo, o incluso cuando duermen. El estrés emocional puede desempeñar un papel importante en el desencadenamiento de los signos d este padecimiento en las mujeres.

Según información del Hospital de la Universidad George Washington, en su página web, las mujeres corren un mayor riesgo de morir de un ataque al corazón porque con frecuencia creen que sus primeros síntomas están relacionados con el estrés o son el resultado del reflujo ácido o la gripa. Sin embargo, es posible que estos se presenten días, semanas o incluso meses antes del ataque cardíaco real.

Factores de riesgo

  • Hipertensión
  • Colesterol alto
  • Consumo de tabaco
  • Obesidad
  • Sedentarismo
  • Edad avanzada

Referencias:

Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos

Fundación Española del Corazón

Mayo Clinic