La psoriasis es una enfermedad autoinmune que se manifiesta principalmente en la piel y articulaciones. Cuando se padece de esta patología las células de la piel se acumulan de manera rápida y excesiva haciendo que se formen parches de piel inflamados y escamosos. La OMS la reconoce como una enfermedad crónica grave y estima que afecta entre el 1% y 2% de la población y de esos, se calcula que la prevalencia en niños y adolescentes es del 0,70%.Por años ha sido considerada infrecuente en la niñez, pero estudios recientes han demostrado que hasta el 40% de los pacientes adultos presenta las primeras manifestaciones de la enfermedad cuando son niños. En la población pediátrica la enfermedad tiene características similares a las que se presentan en los adultos en cuanto a localización y áreas afectadas, aunque el impacto emocional de la enfermedad en los más jóvenes es mayor.Le recomendamos: Manuel Teodoro y otros pacientes cuentan cómo es vivir con psoriasis “Como es tan evidente en la piel, algunos creen equivocadamente que es contagiosa y muchas veces terminamos aislados por eso”, cuenta Silvia Fernández, periodista argentina y presidente de la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO). “La situación es más complicada en los niños y adolescentes, que ven afectada su salud mental y calidad de vida por el rechazo que generan en las personas que no conocen la enfermedad”, explica Fernández. Algunos estudios indican que cerca del 50% de los niños y adolescentes con psoriasis conviven con estrés emocional.El riesgo que tiene un niño de padecer de psoriasis es mayor al 40% si ambos padres padecen la enfermedad. Como en los adultos, los factores que pueden empeorar el estado de la piel pueden ser infecciones, estrés, cambios de clima y ciertos medicamentos. La faringitis, las lesiones cutáneas o accidentes son otros desencadenantes comunes en niños. La psoriasis en placas es la más común en esta población y afecta especialmente el cuero cabelludo, las rodillas y los codos.Les sugerimos: El lado oscuro del estrésAunque en su mayoría, en niños y adolescentes la psoriasis se ve en forma leve, si se entiende que el desafío es un diagnóstico retrasado o la confusión con otras patologías. “Los médicos muchas veces no la diagnosticamos porque se cree que es una enfermedad para adultos. Además, como es una enfermedad multifactorial, no la podemos encasillar y terminamos subdiagnosticando”, explica la dermatóloga Carla Castro.Esta enfermedad se diagnostica a través de una biopsia. El dermatólogo luego determina qué tratamiento seguir. En adultos, con formas avanzadas, los tratamientos pueden acarrear elevados costos. En niños, dependiendo de la severidad, se pueden usar tratamientos tópicos, directamente en las lesiones; fototerapia, que es muy efectiva; terapia sistémica y tratamientos biológicos, que es lo más desarrollado.“Lo importante es entender que no se trata de una enfermedad contagiosa y que el diagnóstico sea oportuno para tener un tratamiento que ayude a los niños a llevar su vida lo más normal posible”, asegura Fernández. De hecho, AEPSO lanzó el libro “Cuentos que no pican”, una iniciativa donde se abordan las emociones asociadas a los chicos con psoriasis y que intenta ayudarlos a entender la enfermedad. “Este libro es una herramienta para que padres y maestros se eduquen, informen y despierten la atención y comprensión de esta enfermedad”, concluye Fernández. Le puede interesar: La enfermedad que hace supurar la pielEn Colombia, existen varias asociaciones, como la Fundación Colombiana de Psoriasis, que prestan apoyo a pacientes con esta enfermedad y que están unidas a las organizaciones en diferentes países para dar toda la información necesaria para quitarle el tabú a esta enfermedad que vuelve escamosa la piel.