Una persona que se levanta y camina mientras está dormido es un sonámbula. Esta condición recurrente puede sugerir un trastorno del sueño no diagnosticado, según explican expertos de la Clínica Mayo, un centro de investigación en Estados Unidos.

Añaden que el sonambulismo es más frecuente en niños que en adultos y que en los pequeños se supera antes de los diez años. “Por lo general, los incidentes aislados a causa del sonambulismo no indican ningún problema grave ni requieren tratamiento”, completan.

Sin embargo, advierten que el sonambulismo en adultos tiene mayores probabilidades de confundirse o de coexistir con otros trastornos del sueño y enfermedades.

Estudios revelan que dormir bien tiene relación con la conservación de la buena memoria y los recuerdos | Foto: Getty Images

Especialistas de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indican algunas causas que pueden desencadenar sonambulismo:

La fatiga, la falta de sueño y la ansiedad están asociadas. En los adultos, el sonambulismo puede ocurrir debido a:

  • Uso de alcohol, sedantes u otros medicamentos, como algunas pastillas para dormir.
  • Afecciones, tales como convulsiones.
  • Trastornos mentales.

Cuando las personas sufren de sonambulismo, se pueden sentar erguidas y lucir como si estuvieran despiertas cuando de hecho están dormidas. Se pueden levantar y caminar o realizar actividades complejas como mover muebles, ir al baño, al igual que vestirse y desvestirse.

Los síntomas del sonambulismo incluyen

  • Confusión y desorientación.
  • Comportamiento agresivo cuando alguien los despierta.
  • Tener una expresión facial ausente.
  • Abrir los ojos durante el sueño.
  • No recordar el episodio de sonambulismo al despertar.
  • Realizar una actividad detallada de cualquier tipo durante el sueño.
  • Sentarse erguido y parecer despierto durante el sueño.
  • Hablar durante el sueño y decir cosas que no tienen sentido.
  • Caminar mientras se duerme.

Recomendaciones

La Asociación Española del Sueño recogió algunas recomendaciones, y hábitos saludables de sueño y descanso que pueden ayudar a mitigar el sonambulismo.

Crear un entorno seguro: a pesar de lo que se cree, el paciente sonámbulo puede lastimarse fácilmente, pues puede chocar con algo, caer, salir a la calle y perderse. Por ello, hay que asegurarse de que no haya cables, objetos o muebles con los que la persona pueda tropezar, bloquear las escaleras, asegurar bien las ventanas y cerrar la puerta de la casa con llave. Mantener también fuera de su alcance los artículos con los que pueda cortarse, pincharse o quemarse como, por ejemplo, cuchillos y estufas.

No despertar a la persona: pese a que no es peligroso despertar a una persona sonámbula, tampoco es recomendable porque puede alterarse o agitarse más.

Guiar a la persona con delicadeza hasta la cama: el sonambulismo en sí mismo no supone un riesgo para la salud, pero la persona sonámbula puede llevar a cabo acciones que acaben dañándola a ella o a otros. Lo mejor es que se le guíe con calma de vuelta a la cama hablándole con frases sencillas en un tono relajado.

Asegurarse de dormir las horas suficientes: la falta de sueño puede fomentar el sonambulismo. Para evitarlo se recomienda que la persona se duerma más temprano o añadir una siesta corta después de comer.

Intentar controlar el estrés y la ansiedad: expertos sugieren identificar los problemas que causan tensión y desarrollar estrategias para lidiar con ellos. Si es un niño sonámbulo, hay que hablar con él de lo que preocupa. También es una buena idea fijar una rutina relajante para antes de irse a dormir como leer un cuento o darse un baño tibio.