A la sordera que se presenta de un momento a otro se le conoce como pérdida súbita de audición neurosensorial (sordera súbita) y se da cuando una persona de manera inexplicable deja de oír, ya sea de forma inmediata o en el transcurso de unos días. Esta afección se registra cuando algo no funciona en los órganos sensoriales del oído interno.
Es normal que este padecimiento se presente en la mañana, pero también hay personas que lo pueden notar cuando intentan usar el oído en el que han perdido la audición, por ejemplo, para escuchar una conversación por teléfono.
Según el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación, de Estados Unidos, también hay quienes sienten un fuerte sonido explosivo justo antes de perder la audición. “Las personas con este trastorno también pueden advertir algunos síntomas como sensación de llenura en el oído, mareos y un timbre o zumbido como tinnitus”, precisa la mencionada fuente.
De acuerdo con los expertos, la sordera súbita debe considerarse como una emergencia médica, por lo que se debe consultar al especialista de inmediato. “Aunque aproximadamente la mitad de las personas con sordera súbita recuperan parte o toda su audición espontáneamente, por lo general en el transcurso de una a dos semanas desde el inicio de los síntomas, retrasar el diagnóstico y el tratamiento puede disminuir la eficacia del mismo”.
Esta es una afección que puede impactar a personas de cualquier edad, pero con mayor frecuencia afecta a adultos que tienen entre 45 a 55 años.
¿Qué causa la sordera súbita?
Los especialistas aseguran que son varios los trastornos que afectan el oído y que pueden causar sordera súbita, pero solo alrededor del 10 % de las personas diagnosticadas tienen una causa identificable. En la lista de afecciones que pueden causar este padecimiento están las infecciones, un trauma en la cabeza, enfermedades autoinmunes, exposición a ciertos medicamentos para tratar el cáncer o infecciones graves, problemas de circulación de la sangre, trastornos neurológicos u otros del oído interno.
Normalmente, este tipo de sordera se presenta en un solo oído, pero también puede manifestarse en los dos. Por ejemplo, una enfermedad autoinmunitaria puede causar sordera súbita en uno o ambos oídos.
Lo mismo puede ocurrir por la acumulación de cerumen en los conductos auditivos, lo que puede ocasionar un tapón afectando la audición, precisa información del portal Hear-it, de España. Con una limpieza y recomendaciones médicas, la condición puede mejorar. Sin embargo, es importante tener claro que la limpieza deber realizarla un especialista, porque de lo contrario, en cambio, de mejorar la condición se puede empeorar e incluso dañar partes del oído, como el tímpano.
¿Cómo tratarla?
El tratamiento más común para la sordera súbita, de acuerdo con los expertos, son los corticoesteroides, especialmente si no se conoce la causa. Estos productos ayudan a reducir la inflamación y la hinchazón y lo ideal es que empiecen a usarse lo más pronto posible para obtener el mejor beneficio, e incluso puede que se recomienden antes de obtener los resultados de todas las pruebas.
“Si el tratamiento se retrasa por más de dos a cuatro semanas, las probabilidades de revertir o disminuir la pérdida de audición permanente disminuye”, precisa el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación.
Si la sordera es causada por una infección, el tratamiento más común son los antibióticos y si la persona sufre de alguna enfermedad que hace que el sistema inmunitario ataque el oído interno, los medicamentos estarán dirigidos a controlar esta afección.
Cuando la pérdida de audición es grave, no responde al tratamiento y además se presenta en ambos oídos, es posible que la persona deba comenzar a usar audífonos para amplificar el sonido o puede recibir implantes cocleares para estimular directamente las conexiones auditivas en el oído que van al cerebro.
Lo importante, según los especialistas, es que ante los síntomas y molestias, se acuda al médico de manera inmediata para recibir tratamiento y de esta forma evitar que el problema empeore.