Un cohete SpaceX lanzará el sábado a tres astronautas de la NASA y uno japonés hacia la Estación Espacial Internacional (EEI), una misión de seis meses que confirma la reanudación de vuelos tripulados desde Estados Unidos el pasado mes de mayo, después de nueve años de interrupción y dependencia de Rusia.

La NASA aprobó oficialmente este martes el uso de la cápsula Crew Dragon de SpaceX para transportar a sus astronautas en vuelos regulares al considerarla segura.

SpaceX, una empresa fundada por el empresario Elon Musk, había completado previamente con éxito una misión de demostración entre mayo y agosto, en la que dos astronautas fueron transportados a la ISS y luego regresaron a la Tierra sin incidentes.

“Estoy extremadamente orgulloso de decir que estamos reanudando los vuelos espaciales tripulados regulares lanzados desde territorio estadounidense, con un cohete y una nave espacial estadounidense”, dijo el jefe de la NASA, Jim Bridenstine.

El cohete despegará el sábado a las 19h49 (00h49 GMT del sábado) desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.

La tripulación está compuesta por los estadounidenses Michael Hopkins, Victor Glover y Shannon Walker, y el japonés Soichi Noguchi. El pronóstico del tiempo es favorable.

El atraque a la ISS está programado para ocho horas y media más tarde, el domingo a las 09:20 GMT.

Con esta misión, las cápsulas Dragon se convertirán en el medio de transporte de la NASA, a la espera de que esté lista la cápsula de Boeing, Starliner, que sufrió importantes problemas durante las pruebas.

SpaceX ya ha estado operando vuelos de reabastecimiento de combustible en estaciones espaciales con la versión de carga de Dragon desde 2012.

“En los próximos 15 meses, lanzaremos siete misiones Dragon tripuladas y de carga para la NASA”, dijo Benji Reed, jefe de vuelos espaciales tripulados en SpaceX, durante una conferencia telefónica el martes.

A partir de diciembre, “cada vez que lancemos un Dragon, habrá dos Dragon en el espacio simultáneamente, durante períodos prolongados”, dijo.

La próxima misión tripulada, prevista para finales de marzo de 2021, llevará a bordo al francés Thomas Pesquet, con dos estadounidenses y otro japonés.

La próxima misión a Venus podría ser privada

¿Una pequeña empresa de cohetes se adelantará a la Nasa y a Europa para ir a explorar Venus? Se espera que Peter Beck, director de Rocket Lab, lance su propia sonda de bajo costo en 2023.

“Una misión para Venus debería costar alrededor de 30 millones de dólares”, asegura Beck a la AFP desde Auckland, en Nueva Zelanda, en cuya costa Rocket Lab ha instalado su plataforma de lanzamiento, lejos de todo y con acceso a un cielo libre de tráfico aéreo.

Venus, infernal y tóxico, fue abandonado en la década de 1980 por las agencias espaciales para voltear a planetas más distantes del sistema solar, incluido Marte, a donde se han enviado docenas de sondas y robots con la esperanza de descubrir los primeros rastros de vida pasada.

“En Venus, estamos buscando rastros de vida actual”, corrige Peter Beck subrayando la palabra “actual”.

El sorprendente descubrimiento de una molécula llamada fosfina en las nubes de Venus, gracias a los radiotelescopios, provocó una ola de entusiasmo el 14 de septiembre entre los astrónomos y astrobiólogos que defienden desde hace años la hipótesis de que los microbios viven ahora en las nubes del planeta.

Aunque la fosfina no es una prueba definitiva. El anuncio hizo que incluso el jefe de la Nasa dijera que hay que volver a dar prioridad a Venus.

Beck estuvo pensando durante dos años en la viabilidad de enviar una sonda, desarrollada de forma totalmente privada.

Calculó, con la ayuda de un estudiante de doctorado, que el pequeño cohete desarrollado por Rocket Lab -Photon- podría ser adaptado para viajes interplanetarios, que hasta ahora había sido coto de las agencias espaciales.

“Cuando hablamos de misiones interplanetarias en decenas de millones de dólares en lugar de miles de millones, en meses en lugar de décadas, se crean las oportunidades de descubrimientos increíbles”, exclama Beck.