El director de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Ignacio Carrasco de Paula, calificó el martes de "reprensible" el suicidio de Brittany Maynard, una estadounidense que padecía de cáncer cerebral incurable quien dijo que quería morir con dignidad. El prelado, máxima autoridad en bioética en el Vaticano, dijo a la agencia noticiosa ANSA que "la dignidad no es poner fin a la propia vida". El suicidio de Brittany Maynard en Oregon, EE. UU., el pasado primero de noviembre suscitó una acción política y ha agitado el debate sobre la eutanasia para los enfermos terminales. Monseñor Carrasco de Paula dijo que "el acto de Brittany Maynard en sí es reprensible, pero no podemos saber qué pasó por su conciencia". Advirtió que no juzgaba individuos, "sino que el gesto en sí debe ser condenado". Desde que anunció su decisión de practicarse la eutanasia, Brittany Maynard, de 29 años, tuvo tanto voces de aliento como detractores. Los últimos, motivados principalmente por cuestiones religiosas, criticaban que la joven pusiera fin a su vida en vez de esperar "el tiempo perfecto de Dios", como afirmó el capellán Adele M. Gill en el sitio web Catholic Online. Incluso otras personas con cáncer se opusieron a la decisión de Brittany. Tal fue el caso de Kara Tippetts, una mujer de 38 años con cáncer metastásico de mama, quien envió un correo electrónico a la página web A Holy Experience, en la que instaba a Maynard a considerar a sus seres queridos antes de morir: "Nunca fue nuestra intención decidir cuándo se da ese último respiro", decía. Con AP