Actualmente, son cada vez más personas que se preocupan por llevar un estilo de vida saludable, por lo que llevar una alimentación balanceada y realizar ejercicio de manera regular son algunos pilares fundamentales para cumplir con dicho objetivo. En contraste con esta afirmación, surgen mitos y falsas creencias alrededor de los métodos a llevar a cabo para alcanzar una vida sana. Por eso, una de las reglas básicas que deben conocerse sobre tener una buena dieta es que los alimentos sean naturales.
Esta es una de las claves para llevar un estilo de vida saludable. Solo es necesario revisar detenidamente los productos a consumir y no inclinarse por alimentos procesados y demás comida chatarra. Por eso, las frutas, verduras y hortalizas son siempre una excelente opción, gracias a sus altos contenidos en fibra y vitaminas que ayudan al organismo.
De acuerdo con Paulina Mella, nutricionista de Clínica Vespucio, la mizuna es una gran fuente de vitaminas beneficiosas para la salud. Sin embargo, adviertió que por su alto contenido de la del tipo K, “no sería recomendable más de tres veces por semana, para personas que están con tratamientos anticoagulantes”. Gracias a su textura crujiente, la cocción de esta verdura suele ser muy rápida. Pero, si lo que se desea es aprovechar sus múltiples propiedades, lo ideal es consumirla cruda.
En concreto, muchos superalimentos, destacados por su alto número de propiedades nutricionales, pertenecen a este tipo de alimentos. Este es el caso de la mizuna, una variedad de semilla de mostaza japonesa que, actualmente, ha adquirido el concepto de lechuga y aparece frecuentemente en las bolsas preparadas de ensaladas de diferentes supermercados.
La mizuna tiene un sabor entre piante y amargo, pero suave, que no molesta en el paladar. Es más, resulta un producto excelente para preparar diferentes platos, como base de ensaladas, acompañante de carne o ingrediente de pizzas. En cuanto a sus beneficios, estos son algunos de los más destacados:
1. Reparar la piel
Entre los grandes beneficios de la mizuna se encuentran su capacidad para acelerar la cicatrización de las heridas y para reparar la piel tras una exposición larga a la luz solar.
2. Promover la salud del corazón y los ojos
Este superalimento se erige como una rica fuente de antioxidantes, lo cual ayuda a proteger a las células del daño de radicales libres; es decir, moléculas inestables. Como aporte, la mizuna puede promover la salud del corazón y los ojos.
3. Favorecer la coagulación de la sangre
El alto contenido en vitamina K de la mizuna lo convierte en un alimento esencial para la coagulación de la sangre y la salud de los huesos.
4. Cuidar el sistema inmunitario
Asimismo, la mizuna es una rica fuente de vitamina C, la cual contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario. Por lo tanto, este superalimento puede ayudar a reducir la incidencia de muchas patologías infecciosas.
Posibles riesgos del consumo
De acuerdo con el portal web Mejor con Salud, “el único riesgo derivado del consumo de mizuna tiene que ver con la ingesta del vegetal sin lavarlo correctamente antes”. Para conseguir eliminar los restos de suciedad o tierra basta con limpiarlo con agua fresca bajo el grifo.
No obstante, cuando se comercializa en los supermercados suele hacerse bajo un método de envasado, por lo que los procesos de limpieza previos ya han sido aplicados.
Ensalada con mizuna
Lo óptimo para incluir la mizuna en la dieta son las ensaladas, acompañada de otros vegetales que también aporten nutrientes de calidad. Es posible preparar zumos verdes también, pero de este modo se destruyen mecánicamente las fibras.
Ingredientes
- 1 tomate.
- 1 cebolla.
- 1/2 lechuga.
- Brotes de mizuna.
- Semillas de girasol al gusto.
- Una tarrina de queso fresco.
- Aceite de oliva virgen extra y sal.
Paso a paso
Para preparar la ensalada de mizuna la persona necesita comenzar lavando bien todos los vegetales bajo el grifo. Tanto la mizuna como la lechuga deben ser cortadas con la mano en trozos relativamente pequeños. El tomate y la cebolla deben picarse en cubitos con un cuchillo.
Todos estos elementos deben ser introducidos en un bol, espolvorear un par de cucharadas de semillas de girasol. Por encima debe colocar unas láminas de queso fresco y terminar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y con sal al gusto. También es posible añadir otras especias complementarias, como el orégano.