El colesterol es uno de los tipos de grasa más importantes que se encuentra en el organismo y el cuerpo lo requiere para producir hormonas, vitamina D y sustancias que ayuden a digerir los alimentos.
El colesterol no genera complicaciones cuando sus niveles se mantienen en un límite indicado. Sin embargo, cuando esta sustancia se incrementa, puede causar complicaciones de salud, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades y ataques cardíacos, la organización estadounidense Mayo Clinic.
En sus pautas para una alimentación saludable, la OMS recomienda priorizar la ingesta de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales para evitar problemas de salud. La Fundación Española del Corazón destaca la importancia de incluir ajo en la dieta porque tiene propiedades terapéuticas, como su efecto antibacteriano, diurético, depurativo y antiséptico.
Su efecto vasodilatador, sus propiedades nutritivas y sus compuestos sulfurados junto a la alicina pueden contribuir a reducir el colesterol y triglicéridos altos.
En cuanto a las propiedades adelgazantes, el ajo favorece la digestión de los alimentos y ha sido tratado durante siglos para enfermedades digestivas, según afirma un estudio del Instituto Politécnico Nacional de México.
Además, controla el azúcar en la sangre, según afirma un estudio realizado por la Universidad de Gezira (Sudán), por lo que podría ser beneficiosos para las personas que sufren de Diabetes.
Por esta razón, las virtudes del ajo son ideales tanto para adelgazar como para bajar los niveles del colesterol. Su preparación puede ser en infusión, el cual es una receta milenaria, pues en la antigua Grecia también se utilizaba el té de ajo para mejorar la circulación y dar fortaleza al cuerpo.
Té de ajo para adelgazar y bajar el colesterol
Ingredientes
Las medidas para esta receta depende cuantas personas tomen el té de ajo, mientras más personas se aumenta la cantidad de ingredientes.
3 dientes de Ajo molido, o cortado en pequeños pedazos
Miel (1 cucharada)
Jugo de Limón (1 cucharadita)
Raíz de jengibre (1 trozo)
Preparación
Hervir dos tazas de agua en una olla.
Añadir el ajo molido junto a la raíz de jengibre. Dejar que el agua absorba el fuerte sabor del ajo y el jengibre. Retirar del fuego y dejar reposar la infusión.
Colarlo y añadir una cucharada de miel para endulzar la preparación.
Luego, añadir una cucharadita de jugo de limón para agregar sabor al té de ajo.
Para su consumo se recomienda beber una taza por la mañana y por la noche.
Factores que alteran el colesterol
Obesidad. Tener un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más aumenta el riesgo de tener colesterol alto y para saber el IMC, el Ministerio de Salud en su página web explicó que existen algunos métodos confiables. Uno es la determinación del Índice de masa corporal (IMC), que describe la relación entre peso y estatura y para calcular el IMC se necesita conocer el peso y la estatura y se aplica una sencilla fórmula matemática que consiste en dividir el peso entre la estatura al cuadrado: IMC = Peso (Kg) / Estatura al cuadrado (Mt). Ejemplo: una persona pesa 64 Kg y mide 1.5 metros: 64 / 1.5 x 1.5 = 28.44. Este dato indica el IMC de la persona (28.44) se encuentra en los valores correspondientes a sobrepeso.
Falta de ejercicio. El ejercicio ayuda a aumentar el HDL del cuerpo, que es el colesterol “bueno”. La Organización Mundial de la Salud (OMS), sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas.
Tabaquismo. Fumar cigarrillos puede bajar el nivel de HDL o colesterol “bueno”. De hecho, el humo del tabaco contiene más de 60 sustancias químicas conocidas que causan cáncer y miles de otras sustancias nocivas.
Alcohol. Beber demasiado alcohol puede aumentar el nivel de colesterol total. Por ello, se debe hacer con moderación y para los adultos sanos, esto significa, una copa por día, para las mujeres, de todas las edades, y para los hombres, mayores de 65 años. Y hasta dos copas por día, para los hombres menores de 65 años, según MedlinePlus.
Hábitos para reducir el colesterol
Adicionalmente, se debe trabajar en hábitos que mejoren el estilo de vida, como, por ejemplo, dejar de fumar, bajar de peso y reducir el consumo de alcohol, indica el instituto de investigación clínica Mayo Clinic.
Aumento de la actividad física
La actividad física puede ayudar a regular los niveles de colesterol. El ejercicio aporta en el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), conocido como el “bueno”. Lo ideal es realizar por lo menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos, tres veces a la semana.
Dejar de fumar
Los expertos de Mayo Clinic indican que evitar el cigarrillo genera efectos casi que inmediatos. A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
Así mismo, a los tres meses la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar y un año después de no fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de una persona fumadora.
Bajar de peso
Tener algunos kilos de más, aunque sean pocos, contribuye a que los niveles de colesterol se suban. Por esta razón, los cambios en los hábitos alimenticios son clave. Es importante limitar el consumo de bebidas azucaradas, por ejemplo, al igual que las grasas saturadas e incrementar la ingesta de frutas y verduras, que no solo aportan vitaminas y minerales, sino que contienen fibra y otros nutrientes que son beneficiosos para la salud. De manera paralela, es fundamental hacer ejercicio.
Comer más fibra
La fibra soluble es uno de los nutrientes esenciales que ayudan a disminuir la absorción de colesterol en el intestino, evitando que se acumule en la sangre. Esta desempeña un papel relevante en el proceso digestivo, además, de ser necesaria para un óptimo funcionamiento cardíaco y circulatorio. La fibra se puede obtener de cereales integrales, frutas y vegetales, semillas y frutos secos, legumbres, algas y tubérculos.