Tradicionalmente, la cúrcuma se ha usado en la cocina para condimentar diferentes platos. Es miembro de la familia del jengibre, se extrae de la raíz de la planta denominada Cúrcuma longa, la cual tiene un color amarillo intenso y es nativa del suroeste de la India.
Hay evidencia de que sus primeros usos se remontan entre los años 610 a.C. a 320 a.C. cuando fue empleada como colorante para la lana gracias a su color amarillo-naranja intenso. Sin embargo, sus propiedades y beneficios para la salud no han pasado desapercibidos para la medicina natural.
Sus aceites volátiles (turmerone, atlantone y zingiberene), proteínas, resinas y azúcares, contribuyen a su poder sanador. Según el grupo Sanitas en España, “los compuestos de la cúrcuma, llamados curcuminoides, le otorgan grandes propiedades medicinales a esta especia”.
Además, según la entidad posee gran cantidad de fibra, vitaminas C, E y K, sodio, calcio, potasio, hierro y zinc. Sumado a esto, varios estudios le atribuyen propiedades antioxidantes y beneficios en el control de la ansiedad y el síndrome metabólico, así como el alivio del dolor de músculos.
Así mismo, la revista UnCOMO, publicada a través del portal Mundodeportivo, explicó que la ingesta de té de cúrcuma “podría mejorar el metabolismo” promoviendo la quema de grasas y, por lo tanto, ayudando en el proceso de bajar de peso.
Para preparar dicho té se puede seguir el siguiente procedimiento:
1. En una olla poner a calentar cuatro tazas de agua.
2. Cuando el agua comience a hervir, bajar del fuego y agregar una cucharada de cúrcuma en polvo.
3. Tapar y esperar alrededor de 10 minutos a que se infusione la preparación.
4. Pasado el tiempo, colar y consumir.
5. Si se desea, se puede añadir una cucharada de miel y un poco de zumo de limón para darle un mejor sabor.
Cabe resaltar que, además de lo anterior, el portal especializado Salud180, listó algunos consejos con los que es posible acelerar el metabolismo después de los 30 años y de esta forma, mantener un peso estable:
- Masticar los alimentos con calma: con el trabajo y las tareas del hogar, el ritmo de vida puede tornarse acelerado, sin embargo, masticar mal los alimentos podría generar mala digestión.
- Realizar actividad física: uno de los principales motivos por los que el metabolismo se pone lento, es el sedentarismo. Se debe realizar, por lo menos, 30 minutos de ejercicio al día.
- Utilizar aceite de oliva en la cocina: las grasas monoinsaturadas ayudan a quemar las grasas al interior del cuerpo. Sin embargo, no se debe abusar de ellas.
- Consumir una manzana al día: la vitamina A, la vitamina C, el hierro, el potasio, el fósforo, el calcio y el ácido fólico, ayudan a prevenir un trastorno asociado a la acumulación de grasas, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Además, la cáscara de la manzana contiene una gran cantidad de fibra que ayuda a eliminar la grasa.
- Beber agua: para la quema de calorías el cuerpo necesita agua pues, la deshidratación, pone lento el metabolismo. Se aconseja consumir dos litros de agua al día.
- Beber té verde: este té ha sido recomendado durante años para acelerar el metabolismo. “Beber de dos a cuatro tazas al día te ayudará a quemar alrededor de un 17 por ciento más calorías de lo normal”, explica Salud180.
- Evitar desvelarse y dormir lo suficiente: para que el organismo se mantenga activo se aconseja dormir entre siete u ocho horas diarias. No descansar lo suficiente, puede provocar hambre, pues el cuerpo necesita más energía para continuar con sus actividades.