De acuerdo con la definición del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), el colesterol es una sustancia cerosa que el cuerpo necesita para funcionar correctamente y gozar de buena salud, no obstante, es necesario que corresponda a cantidades adecuadas.
El riesgo está en que los niveles poco saludables de colesterol pueden derivar en múltiples problemas para el organismo. Básicamente, esta sustancia se encarga de transportar lipoproteínas, partículas compuestas por proteínas y grasas.
- Lipoproteína de baja densidad (LDL), también denominada colesterol “malo”.
- Lipoproteína de alta densidad (HDL), también denominada colesterol “bueno”.
Cuando el colesterol LDL -o malo- adquiere niveles altos deriva en la acumulación de placa en los vasos sanguíneos. En consecuencia, se genera una especie de taponamiento de grasa que, a su vez, aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón, derrame cerebral u otras complicaciones de salud.
Los niveles altos de colesterol HDL -o bueno- pueden reducir el riesgo de sufrir problemas de salud. “El colesterol HDL transporta el colesterol y la placa acumulada en las arterias hasta el hígado, para que pueda ser eliminado del organismo”, anota el NIH.
Por su parte, el hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo y su función es ayudar al organismo a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. En vista de su importancia para el ser humano, cuidar del hígado es clave para evitar complicaciones de salud a futuro.
Según reseña la enciclopedia médica MedlinePlus, existen muchos tipos de afecciones que pueden comprometer al hígado. En el argot médico se les denomina enfermedades hepáticas. Estos son algunos ejemplos:
- Enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C.
- Enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas o por ingerir demasiado alcohol. Los ejemplos incluyen enfermedad por hígado graso y cirrosis.
- Cáncer de hígado.
- Enfermedades hereditarias, como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.
“Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar, pero a menudo incluyen hinchazón del abdomen y las piernas, tener moretones con facilidad, cambios en el color de las heces y la orina, y piel y ojos amarillentos o ictericia. A veces no hay síntomas. Las pruebas de imagen o de función hepática pueden comprobar si hay daño en el hígado o ayudar a diagnosticar enfermedades del hígado”, detalla MedlinePlus en su página web.
Beneficios del té de matcha
Como es usual, la medicina alternativa ofrece numerosas opciones para tratar todo tipo de padecimientos. Sin embargo, es pertinente recordar que los remedios caseros no cuentan con respaldo científico, por lo que su efectividad no está garantizada a plenitud. Dicho esto, antes de acudir a cualquier tratamiento de esta naturaleza, lo más recomendable es consultar con un profesional de la salud.
El portal de salud y bienestar Tua Saúde menciona que el té de matcha podría ser útil para regular los niveles de colesterol en la sangre, así como cuidar la salud del hígado. “Esta infusión se prepara a partir de las hojas más jóvenes del té verde (Camellia sinensis) que son protegidas del sol y luego son convertidas en polvo, razón por la cual posee mayor concentración de cafeína, teanina y clorofila, proporcionando antioxidantes al organismo”, describe la fuente consultada.
Adicionalmente, destaca que el té de matcha es rico en antioxidantes, de manera que ayuda a proteger las células del daño ocasionado por los radicales libres, reduciendo el riesgo de sufrir enfermedades crónicas. Por otra parte, anota que podría ayudar a reducir el estrés gracias a su contenido de teanina.
Otra cualidad de esta infusión es que podría ser de utilidad a la hora de cuidar la salud del hígado. Este efecto está asociado con su capacidad de regular los niveles de grasa en el organismo, evitando que se acumulen en dicho órgano. Además, contiene antioxidantes que protegen las células hepáticas de mutaciones cancerígenas.
En cuanto a sus beneficios para regular el colesterol, Tua Saúde sostiene que el té de matcha podría ayudar a controlar la presión arterial y reducir el colesterol total y LDL (malo). De esta manera, su consumo está asociado a la reducción del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Ingredientes:
- Una cucharadita de té matcha en polvo.
- 60 a 100 ml de agua.
Preparación:
- Calentar el agua hasta que empiece a hervir.
- Una vez alcance su punto de ebullición, apagar el fuego.
- Incorporar en un pocillo el té de matcha en polvo y agregar el agua caliente.
- Mezclar hasta que el polvo esté totalmente disuelto.
- En caso de que el sabor sea muy fuerte, se puede agregar un poco más de agua o un toque de canela.