Colombia registró en 2023 el menor número de recién nacidos de los últimos diez años. Las cifras del Dane indican que el año pasado se registraron 510.357 nacimientos, una cifra 11 por ciento más baja que la reportada en 2022. El número además establece un nuevo récord a la baja desde hace una década, en 2014.
La noticia no tomó por sorpresa a los expertos: en 2022, los colombianos empezaron a confirmar que tener hijos no es prioridad. Y se evidenció una pronunciada reducción de alumbramientos, con 573.625 reportados. Esto representó una disminución de 7 por ciento frente a 2021. Para entonces, por primera vez, se presentaron menos de 600.000 nacimientos en un año en Colombia.
El fenómeno, visto a través del tiempo, deja claro que la reducción de alumbramientos ya acumula 23,7 por ciento desde 2014, lo que equivale a 158.780 casos menos en el periodo evaluado por la autoridad nacional de información estadística.
No obstante, Colombia no es la única que envejece aceleradamente. Lo explica la propia directora del Dane, Piedad Urdinola, quien asegura que se trata de una tendencia mundial que se ha manifestado con más fuerza desde la pandemia. “En el año 2020, al comienzo, se observó una tendencia de nacimiento similar a la del año 2019 debido a los niños que ya habían sido concebidos. Sin embargo, los efectos de una menor fecundidad se ven claramente desde 2021 y 2022, cuando se pronuncia a la baja la curva”, explicó la funcionaria.
Y tiene razón. Los ojos del mundo están puestos en países como Corea del Sur, por ejemplo, donde las mujeres han demostrado un creciente desinterés por tener bebés. Y las cifras de marzo de este año sorprendieron: la natalidad cayó 8 por ciento en 2023, por lo que el promedio de hijos por hogar es ahora de 0,72. Y para que una población logre mantenerse estable, el número debería ser de 2,1.
Si esta tendencia continúa, se estima que la población surcoreana quedaría reducida a la mitad para el año 2100, tal como indica la OMS.
Los números preocupan, claro. Corea de Sur es una de las economías más representativas en el planeta por su estrategia de industrialización y globalización, que la llevó en seis décadas a convertirse en un referente de crecimiento. Para lograrlo necesitaron, entre otros factores, de una población que crecía casi a la par que su economía. Pero, en la actualidad, donde los servicios de salud de la nación asiática han reportado días enteros sin un solo nacimiento, sus proyecciones son lúgubres: en menos de 50 años, el número de personas en edad de trabajar bajará a la mitad, el grupo elegible para prestar el servicio militar obligatorio se reducirá 58 por ciento, y casi la mitad de la población tendrá más de 65 años.
Lo que llama la atención es que nada parece convencer a los coreanos de cambiar de opinión, en un país que les ofrece a las parejas que se decidan a tener hijos varias ayudas financieras, desde sumas mensuales hasta subsidios de vivienda y taxis gratis. Las cuentas de hospital e incluso los tratamientos in vitro están cubiertos. Pero nada ha surtido efecto. Corea del Sur se sigue haciendo vieja.
Datos del Banco Mundial, con corte a 2021, muestran que hoy la tasa es de 17 recién nacidos por cada 1.000 habitantes del planeta.
Colombia envejece
En el país, la reducción del 11 por ciento mostrada recientemente por el Dane también encendió las alarmas. “Los 140.000 nacimientos menos que ahora tiene Colombia impactarán en 18 o 24 años en el mercado laboral. El desplome de la natalidad nos priva en el futuro de gente sana, con energía y capacidad de trabajo que además estarán formados en las nuevas tecnologías”, explica Miguel Gómez Martínez, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.
Pero, ¿por qué los colombianos en edad fértil no desean tener hijos? Ramón Elías Giraldo, médico salubrista de la Universidad del Valle, asegura que un factor que ha incidido en el país es el cambio que ha experimentado la mujer en la sociedad: “Dos generaciones atrás, las mujeres fundaban su proyecto de vida en casarse y cuanto más jóvenes, mejor, para poder tener hijos. En la actualidad, las metas están puestas en prepararse académicamente, especializarse, viajar. La maternidad se aplaza. Por eso, hoy vemos mujeres que se convierten en madres incluso después de los 40 años”.
Pero el tema no se ha quedado solo como una preocupación de las mujeres. De acuerdo con Profamilia, la vasectomía se ha convertido en el segundo método de anticoncepción más realizado en Colombia. Y en este terreno los números también han cambiado: mientras hace unos años por cada hombre que se sometía a este procedimiento, eran diez las mujeres que se hacían ligaduras de trompas, en la actualidad se registran tres vasectomías por cada cuatro ligaduras. La mayoría son personas menores de 30 años.
De acuerdo con Juan Carlos Vargas, asesor científico de Profamilia, a diferencia de lo que sucedía años atrás, la participación del sexo masculino en los procesos de anticoncepción ha ido en crecimiento. “Esta es una cifra que nos deja ver claramente cómo la vasectomía ha ganado terreno” y considera que, lejos de las preocupaciones de los expertos, “la economía colombiana se adaptará, como ha sucedido en los países en los que la natalidad ha disminuido”.
Y asegura que, en un estudio hecho por Profamilia, se observó cómo aumentó el número de mujeres y hombres jóvenes que piden la ligadura y la vasectomía, aun sin tener hijos. “Son más comunes los hombres que no son padres que se esterilizan que las mujeres que no son madres. Y han superado el 5 por ciento del total de nuestros casos”, puntualiza Vargas.