La piel es la encargada de proteger al cuerpo del aire, el frío y los diferentes climas que se pueden presentar en el día. Este órgano también protege al organismo de la luz solar.
Si la piel no se protege correctamente, se puede presentar una sequedad, acné, disminución del colágeno, manchas y signos prematuros de envejecimiento.
El consumo de agua ayuda a reponer los líquidos que pierde la piel a lo largo del día. Una buena alimentación también permite hidratar y nutrir la piel, esto debido a las proteínas, vitaminas y minerales que aportan los alimentos.
Las personas también suelen acudir a infusiones naturales, como, por ejemplo, el té de moringa, el cual se encarga aumentar la producción de colágeno por su alto contenido en vitaminas C, A y complejo B.
Su consumo constante reducirá las cicatrices, hidratarla, mejora su apariencia, así como la protección del daño causado por los rayos ultravioleta. Por tal motivo, el portal Cocina Vital da a conocer cómo se prepara la infusión. No obstante, lo mejor será consultar con un profesional de la salud antes de ingerirla.
¿Cómo preparar el té de moringa?
Ingredientes:
- Una cucharada de hojas de moringa.
- Una taza con agua.
Preparación:
- Colocar a hervir el agua en una olla.
- Agregar la cucharada de hojas de moringa.
- Tapar la infusión y dejarla reposar por cinco minutos.
- Colar y acto seguido, consumir la bebida.
Se dice que esta planta sirve para aumentar la capacidad respiratoria y que podría ayudar a aliviar los síntomas y la severidad de los ataques de asma, de acuerdo con análisis científicos. El portal de salud y bienestar Tua Saúde cita un estudio en el cual se determinó que los participantes que tomaron moringa de manera regular mejoraron su capacidad respiratoria debido a que se registró un aumento en la hemoglobina.
De igual forma, la moringa podría ayudar en el control de la diabetes debido a que posee propiedades que ayudan a regular el estrés oxidativo gracias a sus propiedades antioxidantes, que evitan el daño que causan los radicales libres a las células y a su vez favorece la disminución de los niveles de azúcar en sangre.
Según información del medio especializado en temas de salud Medical News Today, los extractos de la moringa contienen propiedades que podrían ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer. También contiene niazimicina, que es un compuesto que suprime el desarrollo de células cancerosas.
La moringa es rica en fibras y en proteínas que ayudan a aumentar la sensación de saciedad, disminuyendo la cantidad de alimentos que son ingeridos y favoreciendo la pérdida de peso. Además, algunos estudios en animales indican que podría reducir la cantidad de grasa acumulada en el organismo, pero aún falta evidencia científica sobre el tema en humanos.
¿Quiénes no deberían consumirla?
No es recomendable consumirla por un periodo que supera las 2 o 3 semanas y más cuando no existe el acompañamiento de un médico mientras se consume..
Entre los efectos secundarios que se pueden tener al consumir este producto se encuentran algunos como diarreas, náuseas y vómitos. Además, en ningún caso se aconseja ingerir la raíz de moringa ni sus derivados, puesto que contienen sustancias tóxicas que podrían provocar complicaciones tales como parálisis.
Las mujeres embarazadas deben evitar consumirla, ya que puede generar complicaciones con el feto e incluso puede provocar un aborto. Algunos portales mencionan que este producto puede aumentar la producción de leche materna; sin embargo, es mejor siempre consultar con el médico tratante antes de ingerirla.
La composición nutricional de la moringa en 100 g es así:
- Energía: 500 calorías
- Proteína: 33,33 g.
- Carbohidratos: 66,67 g.
- Fibras: 33,3 g.
- Sodio: 233 mg.
- Calcio: 667 mg.
- Hierro: 6 mg.
- Vitamina C: 40 mg.
- Vitamina A: 2 mg.