La preparación instantánea del té y la aromática no supone mayor problema para las personas, pues solo se requieren dos ingredientes básicos: las bolsitas que venden en los supermercados y el líquido en que se va a disolver.

Así mismo, no todos comparten la misma dinámica. Mientras que hay quienes comienzan a hervir el agua con el té o la aromática ya en su interior, otros lo incluyen cuando el líquido ya está caliente. Sin embargo, ¿qué es lo más recomendable al momento de preparar la popular bebida?

Según reseña el portal Mundo Deportivo, el primer punto a tener en cuenta es que no todos los tés o aromáticas son iguales. Tampoco lo son los gustos de las personas, por lo que cada quien define el tiempo de reposo o la temperatura ideal al momento de preparar la infusión.

Variables como la intensidad del sabor o el aroma son algunos elementos que las personas tienen en cuenta durante la preparación. Respecto a las variedades del té, existen cuatro básicas: blanco, verde, negro y rojo. La diferencia entre ellos radica en sus niveles de oxidación de las hojas durante el proceso de secado, pues todos vienen de la misma planta, la Camellia sinensis.

El té blanco, por ejemplo, viene de los primeros brotes o de las hojas maduras que ya se han secado. Al igual que el té verde, se deshidratan mediante calor, y por eso están poco oxidados. Su característica principal es que tienen un sabor más delicado y un color menos oscuro.

Las hojas del té negro, por su parte, se exponen al oxígeno antes de secarse para provocar las reacciones químicas que les dan un color más oscuro, así como un sabor y aroma más intensos. Durante el proceso también se maceran o enrollan, contribuyendo a que los elementos químicos del interior de sus células queden expuestos a diferentes niveles de oxidación.

Tener en cuenta la proporción té-agua

Según destaca Mundo Deportivo, otro aspecto a tener en cuenta es la proporción entre el té y el agua, donde también influye directamente el gusto personal. Lo más recomendable es una cucharadita -equivalente a una bolsita de té- por cada taza de 170 ml. En caso de que se prepare una infusión para múltiples individuos, se cuenta una cucharadita por cada persona y se aumenta la cantidad en función según qué tan fuerte se desee la bebida.

Ahora, respecto al agua, es recomendable utilizar agua mineral o bien filtrada, de modo que el cloro no distorsione el sabor de la infusión. Los expertos aconsejan calentarla hasta el punto de ebullición, pero sin dejar que llegue a superar los 100 grados, o cuando aparezcan las primeras burbujas y retirarla antes de que empiece a hervir.

¿Cuánto debe durar la bolsita?

En primer lugar, es recomendable esperar unos segundos antes de verter el agua hervida sobre el té o la aromática, de manera que no “queme” y altere sus componentes. De igual manera, tampoco se debe esperar a que se enfríe más de la cuenta.

Los tés blancos requieren un reposo de dos o tres minutos porque se obtiene un mejor resultado, con una temperatura de entre 70 y 85 grados. Para otros más delicados y para el verde, es suficiente con 60 grados. El té negro, en cambio, requiere entre tres y cinco minutos, a temperatura cercana a los 100 grados. No obstante, si se deja más de la cuenta, la bebida podría tornarse más amarga. El té verde, por su parte, es preferible no dejarlo más de un par de minutos porque enseguida se pone amargo y de una aspereza desagradable.