El celular, una de las grandes invenciones del último cuarto de siglo, se transformó en los últimos años en un aparato inteligente con acceso a internet y cámara de alta definición y hoy es un objeto del que nadie se desprende. Pero al mismo tiempo ha generado una dependencia muy grande, en especial por las notificaciones que llegan sin respetar horarios y vuelven a los usuarios esclavos de los mensajes. Este hábito, en apariencia inofensivo, puede ser una fuente de estrés que según los expertos va en contra de la felicidad y el bienestar emocional. Varios estudios han encontrado que las notificaciones tensionan y preocupan a los usuarios cuando no están pendientes de revisar el celular. Según una investigación realizada por Telefónica en España, las personas reciben en promedio 63,5 notificaciones diarias y la cifra va en aumento. Lo más grave es que la mayoría, en particular las de correo electrónico y las redes sociales, están relacionadas con emociones negativas como el estrés y un sentimiento de agobio. Los chats personales generan menos aversión porque son conversaciones privadas, pero en el caso de los grupos sí pueden causar molestias. Las notificaciones pueden perturbar más a las personas en el contexto laboral, pues es una distracción muy grande. De igual forma, también pueden estropear el descanso porque los mensajes persisten por fuera del horario laboral. Lo que es peor, pueden ser una causal de conflicto familiar o de pareja, pues invaden espacios privados. Un informe del Future Work Centre (FWC), un centro de investigación de psicología que analizó las experiencias laborales en el Reino Unido, reveló que las notificaciones son una “fuente tóxica de estrés” para la mayoría. Además, han creado una especie de etiqueta organizacional desconocida que perjudica la calidad de vida de los empleados. Pero los correos electrónicos ocupan el primer lugar entre lo más fastidioso. Según los autores del informe del FWC, los e-mail se caracterizan por ser un arma de doble filo debido a que son una herramienta de comunicación muy eficiente, pero al mismo tiempo pueden convertirse en una pesadilla. Se estima que las personas revisan su bandeja de entrada en promedio 77 veces al día, lo que afecta su concentración, sobre todo de los profesionales que trabajan en tecnologías de la información, mercadeo, relaciones públicas, medios y comunicaciones. “Mientras más correos la gente revise, menor será su productividad y peor su estado de ánimo al final del día”, afirma Gloria Mark, profesora de informática en la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos. Por eso, los expertos recomiendan desactivar las notificaciones o eliminar la aplicación del correo electrónico del celular al salir de la oficina y el fin de semana. De esa manera, se puede aliviar un poco la ansiedad que genera esta herramienta. También, el usuario puede generar una respuesta automática que diga que está fuera de la oficina o en vacaciones. De esa forma, tampoco se acumularán cientos de correos cuando regrese a su puesto. Así mismo, es posible bloquear notificaciones de otras aplicaciones móviles. Todo es cuestión de usar las herramientas disponibles. “Lo más importante es amaestrar el aparato y que este no domine al usuario, pues de lo contrario se convertirá en el peor enemigo”, concluye Mark.