Un estudio realizado por la revista médica de Gran Bretaña, The Lancet, señaló las cinco bacterias más peligrosas del mundo. En 2019, fueron las responsables de 1.27 millones de muertes.

La investigación la realizaron con la información obtenida de 471 millones de personas de 204 países alrededor del mundo. También tomaron en cuenta 23 patógenos y 88 combinaciones de medicamentos con enfermedades.

Estafilococoáureo

La primera de la lista es la Estafilococoáureo. Esta bacteria se visibiliza en las infecciones en la piel y tejidos blancos. Se puede presentar en abscesos, cicatrices y celulitis en la cara y el cuello. Su propagación se da en gran medida por el contacto de la piel con heridas quirúrgicas y por la alimentación. Las causas de esta bacteria son las cortadas o heridas en la piel.

Esta bacteria está presente en las heridas ocasionadas en la piel. | Foto: Getty Images

Por otro lado, esta bacteria puede ocasionar las siguientes infecciones: En la piel, Bacteremia (infección del torrente sanguíneo), en los huesos, Endocarditis (infessión del revestimiento interno de las cámaras y válvulas del corazón), probabilidad de intoxicarse por alimentos y Síndrome de Shock tónico (la peor de todas, es una afectación mortal que libera toxinas por todo el cuerpo).

Las personas con antecedentes crónicos de diabetes, cáncer, enfermedades vasculares, eccema, enfermedades pulmonares, VIH, sida; junto con quienes tienen un sistema inmunitario débil, pacientes con catéteres, diálisis o con cirugías quirúrgicas recientes, son los más propensos a estar en riesgo por esta bacteria.

Escherichia coli

Escherichia coli es la segunda bacteria en la lista. la cual está presente en el intestino y heces de varios animales. Su infección se contrae por la ingesta de alimentos y los síntomas que desencadena son: náuseas, vómito, cólicos abdominales, diarrea líquida o con sangre, cansancio y fiebre.

Esta bacteria puede estar presente en el intestino de los cerdos. | Foto: Edwin Remsberg

La recomendación para no entrar en contacto con esta bacteria es manipular la comida con seguridad, cocinar bien las carnes, lavar las frutas adecuadamente y evitar leches y jugos sin pasteurizar. El peor de los escenarios para una persona con esta bacteria es tener una diarrea hemorrágica que genere insuficiencia renal.

Neumococo

La siguiente bacteria es el Neumococo, la cual es un organismo responsable de afectaciones en los oídos y senos paranasales. Es de la familia de las estreptocócicas y se presenta cuando se está en contacto con otra persona infectada. Para detectarla, es necesaria la realización de un examen físico, pruebas de sangre y de laboratorio. El tratamiento de esta va, desde antibióticos, como vacunas, hasta la hospitalización.

Las infecciones que ocasiona son: En el oído, Sinusitis (inflamación de los senos paranasales), Neumonía (infección pulmonar), Sepsis (daños crónicos en los tejidos y fallas orgánicas) y Meningitis (inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro con la médula espinal).

Esta bacteria puede contraerse de otra persona. Afecta principalmente al oído. | Foto: Brand New Images

Klebsiella pneumoniae

Klebsiella pneumoniae es la cuarta bacteria más peligrosa del mundo. Los daños que ocasiona son principalmente las infecciones nosocomiales, las cuales atacan al tracto urinario. También genera neumonía, sepsis e infecciones de tejidos blancos.

Los pacientes de cuidados intensivos, neonatos, pacientes con EPOC, diabetes mellitus y gente con antecedentes alcohólicos, son los más propensos a contraer esta bacteria. Frente a su cuidado, no se recomienda el uso de penicilinas, cefalosporinas, monobactames y carbapenemeses, debido a que son contraproducentes. Por otro lado, es mejor un tratamiento monitorizado por un especialista de la salud.

Pseudomonas aeruginosa

Finalmente, la bacteria Pseudomonas aeruginosa cierra esta lista. Esta se encuentra en sitios no estériles, tales como la boca o el esputo (flemas). También se puede encontrar en el suelo, agua subterránea, en las axilas o en la zona anogenital. En caso de estar en un centro médico, la bacteria puede presentarse en lavamanos, soluciones antisépticas o recipientes de orina.

Una persona que contrae esta bacteria, puede ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Los pacientes con VIH y fibrosis quística tienen más riesgo de contraer la bacteria. Las repercusiones pueden notarse en la piel, tejidos subcutáneos, huesos, oídos, ojos, vías urinarias, pulmones y válvulas cardiacas.