Expertos en salud explican que los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa. Posteriormente, esta se desplaza por medio del torrente sanguíneo hasta llegar a las células de diferentes tipos de tejido, proporcionando la energía que necesitan para trabajar adecuadamente.
Por lo tanto, recomiendan prestar atención a los niveles de azúcar en la sangre, dado que los niveles altos (hiperglucemia) pueden ser un signo de diabetes, o por el contrario, cuando los niveles de azúcar en la sangre son bajos (hipoglucemia), también se pueden generar problemas médicos graves.
Para evitar complicaciones, los expertos aconsejan tener controlados los niveles de glucosa en la sangre.
A continuación, los niveles en los que se debe tener controlada la glucosa:
- Nivel de glucosa sanguínea en ayunas por debajo de 100 miligramos por decilitro (mg/dl) se considera normal.
- Nivel de glucosa sanguínea en ayunas entre 100 y 125 se considera prediabetes.
- Nivel de glucosa sanguínea en ayunas en 126 o superior indica diabetes tipo 2.
También es importante tener en cuenta los síntomas de los niveles bajos de glucosa:
- Hambre
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Sudor
- Temblores
Entre los síntomas más comunes de los altos niveles de glucosa en la sangre se encuentran:
- Cansancio
- Sed
- Visión borrosa
- Orinar con frecuencia
- Menos capacidad de cicatrización
Por otra parte, es importante también revisar la presión arterial, para la cual los expertos recomiendan ciertos alimentos que ayudan a manejarla adecuadamente.
La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo, se hace con la ayuda de un brazalete inflable alrededor del brazo y se mide la presión arterial con un tensiómetro.
Mayo Clinic destaca que las mediciones de la presión arterial se clasifican en cinco categorías:
- Presión arterial normal: Cuando la presión arterial se encuentra por debajo de 120/80 mm Hg.
- Presión arterial alta: Es una presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo (no por encima) de 80 mm Hg. La presión arterial alta tiende a empeorar con el tiempo, a menos que se tomen medidas para controlarla y puede ser llamada prehipertensión.
- Hipertensión de etapa 1: Es una presión sistólica que oscila entre 130 y 139 mm Hg o una presión diastólica que oscila entre 80 y 89 mm Hg.
- Hipertensión de etapa 2: La hipertensión de etapa 2, que es una hipertensión más grave, es una presión sistólica de 140 mm Hg o superior, o una presión diastólica de 90 mm Hg o superior.
- Crisis hipertensiva: Una presión arterial superior a los 180/120 mm Hg es una situación de emergencia que requiere atención médica de urgencia. Si registra este resultado cuando toma sus medicamentos para la presión arterial en casa, espere algunos minutos y vuelva a hacer la prueba. Si su presión arterial todavía sigue alta, debe comunicarse de inmediato con su médico de cabecera. Si además de tener la presión alta también tiene dolor en el pecho, problemas de visión, entumecimiento o debilidad, problemas para respirar o algún signo o síntoma de un accidente cerebrovascular o ataque cardíaco, llame de inmediato al número de emergencias para que lo trasladen a un centro médico de inmediato.
De acuerdo con la entidad sin ánimo de lucro, los números de presión sistólica y los de presión diastólica son igual de importantes. No obstante, cuando las personas pasan los 50 años de edad, la medición sistólica es aún más importante. “La hipertensión sistólica aislada es un trastorno en que la presión diastólica es normal (menor de 80 mm Hg), pero la presión sistólica es alta (mayor de o igual a 130 mm Hg). Este es un tipo frecuente de presión arterial alta entre personas mayores de 65 años”, explica Mayo Clinic.
Son varias las medidas que pueden tomar los pacientes que han sido diagnosticados con presión arterial alta –hipertensión–, entre las cuales los expertos destacan llevar una vida sana. Lo anterior comprende una dieta saludable, controlar el estrés, dejar de fumar, reducir el consumo de sodio –sal–, limitar el consumo de alcohol y de cafeína, y hacer ejercicio con regularidad, entre otros.
Es clave tratar de limitar las grasas saturadas, los alimentos ricos en sodio y azúcares agregados. Comer mucha fruta fresca, verduras y granos enteros ayuda a mantenerse saludable. A la fecha son cientos los productos que consigue a la vuelta de la esquina y que le pueden ayudar a bajar la presión alta de manera natural:
- Canela: Disminuye la presión arterial gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
- Pimentón: Por su contenido de potasio, es bueno para regular la presión arterial y de paso prevenir enfermedades reumáticas. La vitamina B1, también presente en el pimentón, es favorable para reducir el estrés y la depresión.
- Linaza: Hay estudios que indican que la linaza es una fuente de fibra dietética, tanto soluble como insoluble. La soluble tiene la capacidad de ayudar a regular la presión arterial, los niveles de azúcar en la sangre e incluso se ha asociado con la prevención de diverticulitis.
- Ajonjolí: El ajonjolí es rico en potasio, necesario para mantener la presión arterial en niveles normales.
- Cáscara de limón: Ayuda a la alcalinidad de la sangre, a disminuir los niveles de presión arterial alta y combate el nerviosismo.
- Plátano verde: Gracias a su alto contenido de potasio, comer plátanos verdes ayuda a que el corazón tenga un ritmo cardíaco normal. Este nutriente ayuda al cuerpo a regular la presión arterial, por lo que protege el corazón de los posibles daños que podrían causar las arritmias.
- Aguacate: Ayuda a expulsar los desechos de las células y permite mitigar los efectos nocivos que el sodio causa en la presión arterial.