Cada año alrededor de 600 millones de personas se enferman por ingerir alimentos contaminados. La Organización Mundial de la Salud insiste en la importancia de elegir, manipular, conservar y preparar correctamente los alimentos.

Además de poner en riesgo la salud de las personas, también supone un problema social. “Al ejercer una presión excesiva en los sistemas de atención de la salud, las enfermedades transmitidas por los alimentos obstaculizan el desarrollo económico y social, y perjudican a las economías nacionales, al turismo y al comercio”, explica la OMS.

La inocuidad de los alimentos consiste en el conjunto de medidas y condiciones necesarias para la producción, almacenamiento, distribución y preparación de los alimentos, esto para asegurar que no estén contaminados y representen un riesgo para la salud de las personas, luego de ser consumidos.

“Los consumidores, como eslabón final de la cadena, tienen la responsabilidad de velar porque la preservación y/o almacenamiento y preparación sean idóneos, de modo que el alimento a ser consumido no presente riesgo para la salud. Además, deben denunciar faltas observadas en cualquiera de las etapas de la cadena, pues finalmente todos somos consumidores”, resalta el Ministerio de Salud de Colombia.

El portal culinario Directo al Paladar brinda algunos consejos y pautas para que los alimentos se conserven mucho mejor en la nevera.

  • Mantener la nevera a una temperatura general de entre 3 y 5 grados centígrados.
  • Entender que la nevera está dividida estratégicamente para que los alimentos se conserven correctamente. Utilizar los espacios destinados cada uno de ellos (frutas y verduras).
  • Aunque algunos alimentos ya vienen empacados, lo recomendable es reempacarlos en recipientes de plásticos u otro tipo de bolsas.
  • En la base del recipiente o del stand donde se metan las frutas y verduras en la nevera, se puede poner un pedazo de papel absorbente, para evitar que los alimentos se pudran fácilmente.
  • Los alimentos que sobren no es necesario desecharlos a la basura. Pueden guardarse en un recipiente donde no entre mucho aire y conservarse por más tiempo.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) señala algunas prácticas básicas de almacenamiento de los alimentos:

  1. Refrigerar y congelas los alimentos inmediatamente se llega a la casa, luego de haber sido comprados. “Siga la “regla de las dos horas” para dejar fuera los alimentos que necesiten refrigeración a temperatura ambiente. Nunca permita que carne, aves, mariscos, huevos, productos u otros alimentos que requieran refrigeración permanezcan a temperatura ambiente por más de dos horas (una hora si la temperatura ambiente es sobre 90° F). Esto también se aplica a alimentos como sobras, cajitas para las sobras y alimentos para llevar”, explica la FDA.
  1. Mantener los dispositivos de refrigeración con las temperaturas adecuadas. El refrigerador debe estar en al menos 4°C y el congelador a -18°C.
  1. Verificar las etiquetas de los alimentos, en caso de que necesiten una refrigeración diferente.
  1. Comer los alimentos “listos para comer” en el menor tiempo posible, debido a que aumenta el riesgo de que la bacteria Listeria se desarrolle.
  1. Prestar atención a los alimentos descompuestos o que tengan un olor diferente. Observar si aparece moho. “El moho no es una amenaza principal para la salud, pero puede hacer que los alimentos sean poco apetecibles. La práctica más segura es desechar los alimentos que tengan moho”, apunta la FDA.
  1. Tener en cuenta que aunque los alimentos o productos no tengan un olor o sabor feo, pueden igualmente enfermar a las personas. “Esto se debe a que las enfermedades transmitidas por los alimentos son causadas por bacterias patógenas, que son diferentes de las bacterias de descomposición que hacen que los alimentos “se pongan malos”, detalla la FDA.