La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en la parte delantera del cuello, que produce dos hormonas tiroideas que controlan cómo el cuerpo usa la energía: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). Estas hormonas afectan a casi todos los órganos del cuerpo y controlan muchas de las funciones más importantes; por ejemplo, controlan como el organismo usa la energía, afectan la respiración, la frecuencia cardiaca, el peso, la digestión y los estados de ánimo, de acuerdo con Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
En consecuencia, los problemas tiroideos incluyen: bocio, que es cuando hay agrandamiento de la tiroides; hipertiroidismo, que es cuando la glándula tiroides produce más hormona tiroidea de lo que el cuerpo necesita; hipotiroidismo, que es cuando la glándula no produce suficiente hormona tiroidea; cáncer de tiroides; nódulos, que es cuando aparecen bultos en la tiroides, y tiroiditis, cuando se presenta hinchazón de la tiroides.
Los profesionales de la salud hacen uso de las pruebas de la tiroides para verificar qué tan bien está funcionando esta glándula y, si es el caso, encontrar la causa de problemas como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) explica que los galenos pueden ordenar uno o más análisis de sangre “para chequear la función tiroidea. Los análisis pueden incluir pruebas de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), de T 4 , T 3 y pruebas de anticuerpos tiroideos”. Para lograrlo, se extrae una muestra de sangre del brazo y se envía para ser analizada por un laboratorio.
La TSH es una hormona que se produce en la glándula pituitaria (hipófisis) que le informa a la tiroides cuánta T 4 y T 3 producir. “Una concentración alta de la TSH a menudo significa que tiene hipotiroidismo o una tiroides poco activa (hipoactiva). Esto significa que su tiroides no está produciendo suficiente hormona. Como resultado, la glándula pituitaria sigue produciendo y liberando la TSH en la sangre”, explica el NIDDK.
Entre tanto, la concentración baja de esta hormona suele significar hipertiroidismo o una tiroides muy activa (hiperactiva). Lo anterior se traduce en que la tiroides está produciendo mucha hormona y en ese momento la glándula pituitaria deja de producir y de liberar la TSH en la sangre.
“Una concentración alta de T 4 en la sangre puede significar que tiene hipertiroidismo y una concentración baja de T 4 en la sangre puede significar que tiene hipotiroidismo”, señala el NIDDK. Pese a lo anterior, el Instituto aclara que en algunos casos las concentraciones altas o bajas no son sinónimo de problemas de tiroides. De hecho, las concentraciones de la hormona tiroidea suelen estar más altas cuando las mujeres están en embarazo o si están tomando anticonceptivos orales.
En lo que refiere a la prueba de T 3, el NIDDK señala que puede hacerse “si su profesional de atención médica sospecha que usted podría tener hipertiroidismo aunque su concentración de T 4 sea normal, le podrían hacer una prueba de T 3 para confirmar el diagnóstico. A veces la T 4 está normal pero la T 3 está alta, entonces puede ser útil medir las concentraciones tanto de T 4 como de T 3 para diagnosticar el hipertiroidismo”.
Por último, están la pruebas de anticuerpos tiroideos, las cuales pueden ayudar a diagnosticar un trastorno tiroideo autoinmunitario, como es el caso de la enfermedad de Graves –la causa más común de hipertiroidismo–, y la enfermedad de Hashimoto –la causa más común de hipotiroidismo–, explica el NIIDK. “Los anticuerpos tiroideos se producen cuando el sistema inmunitario ataca la glándula tiroides por error. Su profesional de atención médica le puede ordenar que se realicen pruebas de anticuerpos tiroideos si los resultados de otros análisis de sangre sugieren la presencia de la enfermedad de la tiroides”, subraya el Instituto.