La historia de Laurent Simons, un niño de tan solo 11 años que culminó la carrera de Física en nueve meses, le está dando la vuelta al mundo y no es para menos, pues este menor de origen belga es una muestra de que los genios existen.
Simons obtuvo su licenciatura en Física en la Universidad de Amberes con un promedio de 9 sobre 10 y en un solo curso, como se había fijado, graduado así con honores.
El joven aseguró que ya ha finalizado su carrera en Física y lo hizo con honores, logrando un diploma con “cum laude” en menos de un año, cuando esta licenciatura requiere en general un mínimo de tres años.
El joven subrayó a la agencia neerlandesa ANP que va a continuar en la misma universidad para hacer un máster en Física, del que “ya ha completado incluso algunas asignaturas”.
Desde pequeño sabía que su futuro sería sobresalir por sus conocimientos en una corta edad. Los dotes intelectuales del menor fueron evidentes cuando empezó la escuela primaria con solo cuatro años y acudió a la secundaria con seis años en el Instituto de Secundaria Sint-Jozef Humaniora de Bruges (Bélgica), terminando esta etapa con solo ocho años, algo que en promedio se termina a los 16 años.
Ahora, podría convertirse en la persona más joven en el mundo en culminar un máster a lo mejor cuando tenga apenas 13 años. Sin embargo, no sabe cuánto le llevará terminar su máster ahora, pero señaló que no lo hace por batir un récord, sino para “lograr su objetivo”, que es “poder reemplazar tantas partes del cuerpo como sea posible con órganos fabricados”, aseguró Simons.
Aunque su corta edad lo llevó a recibir aplausos, Simons no es el más joven del mundo en terminar una carrera profesional. Este récord se lo llevó el estadounidense Michael Kearney con 10 años en la Universidad de Alabama del Sur, donde estudió Antropología, aunque como ha insistido este niño belga: el objetivo no es obtener una mención por ser el más joven.
No obstante, Simons hubiese podido culminar sus estudios mucho antes, pues alcanzó a estudiar en la Universidad TU Eindhoven, donde le obligaron a abandonar sus estudios de Ingeniería Eléctrica en Países Bajos.
El joven explicó entonces que, tras prometerle que podría obtener su título antes de su décimo cumpleaños, es decir, el 26 de diciembre de 2019, la universidad le envió un correo electrónico en el que le indicaba que los profesores tenían que ajustar el horario de aprendizaje para que se pudiera graduar a mediados de 2020, nueve meses después de su objetivo.
Como argumento, el centro universitario holandés aseguró que el joven necesitaba más tiempo para desarrollar las habilidades que pertenecen a la fase final del estudio, como la “comprensión, la creatividad y el análisis crítico”, y que lo contrario habría sido “una presión excesiva” sobre este niño, que solo tenía nueve años de edad en la época.
Ante esto, los padres iniciaron procesos con diferentes universidades para enviar a su hijo a completar su licenciatura, con Israel y Estados Unidos como dos de los destinos favoritos, pero finalmente acabó eligiendo Amberes.