La gastritis y el estreñimiento son dos problemas digestivos muy comunes. Como en la gran mayoría de afecciones, la alimentación juega un papel fundamental tanto en su prevención como en su tratamiento.
Por una parte, la gastritis se produce cuando hay una inflamación de la pared del estómago. “Habitualmente está causada por la ingesta de sustancias irritantes, por ejemplo, antiinflamatorios o esteroides, también la toma de comidas muy especiadas, el estrés y más raramente infecciones por la helicobacter pylori o trastornos inmunológicos”, explica el grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El reflujo biliar, cuando la bilis cambia su curso y vacía el estómago provocando irritación, es otra de las causas de la gastritis. Por lo general, las causas en mención suelen incrementar la producción de ácidos en el estómago –ácido clorhídrico–, dañando su pared.
Dolor o malestar abdominal, en especial en la zona del estómago; gases o flatulencias; acidez estomacal; náuseas y vómitos con posibilidad de presencia de sangre –tanto en el vómito como en las heces– son los signos y síntomas que pueden presentarse cuando se desarrolla la gastritis. Si se presenta alguno de los anteriores es conveniente acudir al médico.
Los especialistas de la SEMI recomiendan llevar a cabo una dieta saludable y balanceada, evitar los episodios de estrés y adoptar un tratamiento con “sustancias alcalinas que neutralizan el ácido o impiden su producción” para darle manejo a esta afección. Entre tanto, las personas que desarrollan la gastritis a causa del helicobácter, necesitarán de un antibiótico recetado por el galeno para tratar la patología.
En lo que respecta al estreñimiento, los especialistas indican que ocurre cuando la frecuencia de las deposiciones no se presenta de manera habitual, sino cuatro o menos veces por semana, la evacuación intestinal es difícil o hay un endurecimiento de las heces.
Otros de los signos y síntomas más comunes del estreñimiento son la distensión abdominal, el dolor en la zona del abdomen o la necesidad de tener que hacer un esfuerzo cuando se está en el baño. MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explica que algunos tipos de alimentos, así como vitaminas, pueden causar este trastorno.
Como es conocido, la dieta desempeña un papel fundamental en el tratamiento de estas dos afecciones. En ese sentido, uno de los alimentos que le hace bien al organismo es la papa. Este tubérculo tiene distintas propiedades que benefician al organismo, en especial cuando se consume crudo.
De acuerdo con el portal de bienestar y nutrición Salud180, al consumir papa cruda, el organismo recibe hidratos de carbono, potasio, hierro, zinc, proteínas y vitamina B6 y C. Si bien la idea de comer papa cruda no suena muy común, el portal sugiere prepararla en jugo para aprovechar sus beneficios.
En lo que refiere a la gastritis, recomienda tomar una cucharada de jugo de papa diluida con un poco de agua media hora antes de las comidas principales –desayuno, almuerzo y cena–. Para tratar el estreñimiento o evitar su aparición, recomienda ingerir un vaso de jugo de papa cruda diluida en agua tibia por la mañana.
Otro jugo que ayuda a calmar la gastritis, acidez y estreñimiento:
Licuado de zanahoria y perejil
Los expertos dicen que consumir 30 gramos de perejil aporta el mismo porcentaje de vitamina C que 100 gramos de naranja, también contiene hierro. Por su parte, Almax consigna que la zanahoria tiene vitaminas A, B, C y E y minerales como sodio, cloro y potasio, que previenen enfermedades digestivas y evita la acidez estomacal.
Preparación: en una licuadora, agregar dos cucharadas de perejil picado, una zanahoria mediana y 200 mililitros de agua. Después, mezclar hasta conseguir una consistencia líquida adecuada.