La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado este fruto para el consumo, ya que contiene una cantidad favorable de vitamina A. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, este antioxidante cumple un rol importante para la vista, el crecimiento de los huesos, el funcionamiento del aparato reproductivo, el sistema inmune y el cuidado de la piel.
Gracias a su composición, esta hortaliza protege los ojos del desgaste progresivo de la visión, además de ayudar a prevenir infecciones oculares porque aumenta la inmunidad del ojo ante virus y bacterias.
A su vez, proporciona luteína y zeaxantina que, según el Departamento de Agricultura y Consumo de Carolina del Norte (Estados Unidos), son componentes que protegen la mácula (tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo) y el cristalino (estructura transparente al interior del ojo, encargado del enfoque) de la acción oxidante de la luz, pues reducen el daño de los ojos provocado por la luz azul.
El tomate es rico en antioxidantes, tiene un alto contenido de potasio y magnesio, y contiene vitaminas B y C, elementos nutricionales que benefician el cuidado de la piel. Para personas que tienen acné, el tomate les ayuda a limpiar y sellar poros y previene la acumulación de bacterias en la piel.
Por sus propiedades astringentes, encargadas de cicatrizar y desinflamar, este fruto controla el exceso de grasa y proporciona propiedades blanqueadoras para eliminar cicatrices y manchas ocasionadas por el acné o los rayos solares.
Portales de salud y belleza recomiendan utilizar mascarillas de tomate una vez por semana, pues estas ayudan a prevenir diferentes molestias que tiene la piel. Por ejemplo, hacer una pasta sola con tomate y aplicarla por 15 minutos sobre el rostro y luego retirarla con agua tibia puede dar grandes resultados para el cutis.
El tomate también es diurético y se encarga de eliminar los líquidos, la sal y las antitoxinas sobrantes. Uno de los antioxidantes más destacados que tiene es el licopeno, elemento que está por encima de la vitamina E, el cual previene la oxidación y frena los signos de envejecimiento y el sobrepeso.
Este fruto es uno de los que tiene más baja cantidad de calorías. Cien gramos de tomate aportan solo 18 calorías, principalmente porque contiene gran cantidad de agua e hidratos de carbono encargados de proporcionar enormes cantidades de energía en el cuerpo.
Además, para las personas que sufren de estreñimiento, este fruto es un gran aliado, ya que contiene fibra, ayuda al proceso digestivo y protege el transito intestinal.
El Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca en Chile hizo un estudio sobre los beneficios del consumo de este fruto: “Se ha observado que el tomate presenta actividades antiplaquetarias, protege el endotelio, es antioxidante y antiaterogénico”.
Estos elementos ayudan a prevenir el cáncer. El estudio resalta que el consumo de jugo de tomate ha mostrado un efecto protector en personas con cáncer de próstata. Además, ha protegido ante otras enfermedades por ser antioxidante.
En el mundo existen 20 mil variedades de tomates. Los tipos de tomates más consumidos son el Roma, el redondo y el cherri, pues son los de más fácil acceso y más multifuncionales en la cocina. Por eso son la hortaliza más consumida en todo el mundo. Los principales productores de tomate son: China, Estados Unidos, Turquía, Italia e India.