La jardinería es una práctica que está asociada al cuidado de las plantas en ecosistemas abiertos y controlados, se encuentran en un espacio determinado que puede ser domesticado. Para los expertos, las personas que tienen un jardín en casa canalizan su energía y pueden evitar el estrés que causa la cotidianidad.
Las plantas han sido utilizadas de diferentes formas; su uso ha estado vinculado a la medicina alternativa, belleza y decoración. El portal web Mejor con Salud consigna que no todas las plantas que se tienen en un jardín son beneficiosas, algunas pueden actuar como invasoras e impactar al entorno.
De acuerdo con el sitio que se especializa en temas de salud, hay plantas exóticas que son transportadas de su ecosistema natural a otros sitios, pero no suponen ningún riesgo. Sin embargo, no todos los seres vivos cumplen la misma labor y algunas alóctonas -como también se les conoce- son invasoras por naturaleza.
En ese sentido, los botánicos advierten que este tipo de plantas se caracterizan por desplazar a otras especies y mitigarlas por completo. Además, les roba sus nutrientes y cambian la estructura del terreno de siembra.
Consecuencias de las plantas invasoras
Al ser plantas invasoras los efectos que se producen se involucran directamente con el medio ambiente. Mejor con Salud explica que dañan la biodiversidad, alteran los ciclos naturales y exterminan las plantas nativas.
Debido a su expansión, varios países toman medidas de reforestación con plantas nativas en parques protegidos y naturales. Por otro lado, a pesar de que algunas de estas especies son estéticamente bellas, no se recomienda sembrarlas en jardines, pues pájaros e insectos pueden llegar a distribuir sus semillas en cualquier lugar.
Las plantas invasoras que más dañan los jardines
Acacia o mimosa:
De acuerdo con información recopilada por el citado portal, se trata de un árbol de origen australiano que se reconoce por tener unas llamativas flores amarillas. La acacia se ha convertido en un verdadero problema para América Latina, aseguran.
El impacto de la mimosa repercute en las zonas templadas donde rebrota a pesar de los incendios y causa resequedad extrema en el factor suelo.
Hiedra inglesa
Esta especie ha invadido el territorio suramericano desde el momento en el que los ingleses colonizaron EE. UU. En consecuencia, su expansión fue masiva y empezó a crecer sobre árboles y otras plantas causando su frágil desarrollo en los ecosistemas de flora.
Pinos
Quizás este tipo de árbol es uno de los más reconocidos, lo que posiblemente no se sabía era que su impacto en los jardines es severo. Se reproducen por semillas que son dispersadas a través del viento y han poblado vastas zonas, según Mejor con Salud.
Lo que produce la presencia de pinos en varios entornos ambientales es que compite con otras especies de árboles que son nativos y estos se componen de buenos nutrientes para el suelo. Asimismo, pueden alterar el ciclo natural del crecimiento de plantas vecinas.
Ojos de poeta
Sus flores denotan vivacidad y en el centro de ellas conservan un oscuro tono que parece estar observando a los demás, también es conocida como Susanita de ojos negros.
Crece en matorrales y se apropia de los jardines, barandas y cualquier elemento que los proteja. Para el Jardín Botánico de Bogotá, los ojos de poeta deben ser controlados, de lo contrario, trepan sobre otras plantas impidiendo su crecimiento.
Uña de gato
Proviene de Sudáfrica y se extiende de forma inigualable. Sus flores se caracterizan por ser muy coloridas y, por lo tanto, muchas personas las siembran en sus jardines. No obstante, no es lo más recomendable, ya que en su proceso de expansión cubren toda la planta y, para expertos botánicos, su desaparición es difícil de efectuar. En muchas ocasiones hay que optar por su quema total.