El sistema inmunitario es una red compleja de células, tejidos, órganos y las sustancias que estos producen, y que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El sistema inmunitario defiende al cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas y estas sustancias se llaman antígenos que pueden ser gérmenes como bacterias y virus; o sustancias químicas o toxinas.
La biblioteca también explicó en su página web que el sistema inmunitario tiene muchas partes diferentes, incluyendo:
- La piel: Puede ayudar a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo.
- Membranas mucosas: Son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen mucosidad y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
- Glóbulos blancos: Luchan contra los gérmenes.
- Órganos y tejidos del sistema linfático: Incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
Asimismo, señaló que hay tres tipos diferentes de inmunidad:
- Inmunidad innata: Es la protección con la que nace. Es la primera línea de defensa de su cuerpo. Incluye barreras como la piel y las membranas mucosas. Evitan que sustancias nocivas entren al cuerpo. También incluye algunas células y sustancias químicas que pueden atacar sustancias extrañas.
- Inmunidad activa: También llamada inmunidad adaptativa, se desarrolla cuando se infecta o se vacuna contra una sustancia extraña. La inmunidad activa suele ser de larga duración. Para muchas enfermedades, puede durar toda la vida.
- Inmunidad pasiva: Ocurre cuando recibe anticuerpos contra una enfermedad en lugar de producirlos a través de su propio sistema inmunitario. Por ejemplo, los bebés recién nacidos tienen anticuerpos de sus madres. Las personas también pueden obtener inmunidad pasiva a través de productos sanguíneos que contienen anticuerpos. Este tipo de inmunidad le brinda protección inmediata, pero solo dura unas pocas semanas o meses.
Por tal razón, es necesario tener hábitos que cuiden del sistema inmunitario y el portal de salud Todo Disca indicó que un correcto descanso ayuda con esto, pues el sistema puede debilitarse cuando no descansa de forma correcta.
Además, realizar ejercicio, ya que la actividad física regular ayuda a prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En consecuencia, la doctora Marta Supervía Pola, especialista en Medicina Física y Rehabilitación y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) dijo, según el portal de salud Tododisca: “Cada vez son más los trabajos científicos que indican que el ejercicio físico puede mejorar la respuesta inmunitaria y, por tanto, disminuir el riesgo de enfermar [...]. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo y linfático al contraerse los músculos, incrementa la circulación de las células inmunitarias (como por ejemplo linfocitos T y NK) y disminuye la inflamación en el cuerpo, lo cual en su conjunto favorece la eliminación de posibles patógenos como los virus”.
Otra recomendación es evitar el estrés y tomar las cosas con calma, porque esto será beneficioso para el cuerpo.
De igual forma, no fumar, no beber alcohol y evitar los cambios de temperatura son otras de las recomendaciones para que el sistema inmunitario se fortalezca.
Asimismo, mantener una alimentación balanceada es clave para cuidar el sistema inmune, pero de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.