Este 10 de marzo se emitió una advertencia de la llegada de una tormenta solar para la Tierra después de que el Sol expulsara una enorme bola de plasma en dirección al planeta terrestre, según el diario británico Express Uk.

Una tormenta solar o eyección de masa coronal (CME) ocurre cuando el Sol expulsa una nube de partículas cargadas y fluctuaciones electromagnéticas. La CME que pasa cerca de la Tierra este jueves fue liberada al espacio hace tres días por un “filamento” en erupción de campos magnéticos enredados en la superficie del Sol.

Las predicciones iniciales suponen que la tormenta solar entrante podría provocar una llamada tormenta geomagnética G1, la más pequeña; sin embargo, el Centro de Predicción del Clima Espacial de EE. UU. no ha emitido una advertencia G1. Además, se espera que el impacto de la CME en la Tierra sea mínimo.

Las predicciones iniciales suponen que la tormenta solar entrante podría provocar una llamada tormenta geomagnética G1, | Foto: Libre de derechos

Los expertos de Spaceweather indicaron que “una eyección de masa coronal pasará cerca de la Tierra y podría dar un golpe de refilón al campo magnético de nuestro planeta”.

“Los observadores del cielo ártico deben estar alertas ante un posible aumento de las auroras cuando llegue la CME”, añadieron.

En contexto, los espectáculos de luz natural de la aurora boreal y la aurora austral se generan cuando las partículas del viento solar excitan los átomos en la atmósfera superior de la Tierra, haciéndolos brillar. Estas forman cortinas de luz que siguen las líneas del campo geomagnético y aparecen en diferentes colores según los átomos que se afecten.

Los dos gases primarios en la atmósfera terrestre son el oxígeno, que emite una luz verdosa, y el nitrógeno, que aparece en tonos de azul, rosa y púrpura.

Por su parte, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU, de la cual forma parte el Centro de Predicción del Clima Espacial, utilizó la escala G de cinco puntos para clasificar las tormentas geomagnéticas.

Una tormenta G1 tiene el potencial de tener impactos menores en la operación del satélite e inducir fluctuaciones débiles en la red eléctrica.

Por el contrario a los eventos G5, que son los más poderosos, que podrían afectar gravemente las operaciones de los satélites, causar sobretensiones que desconecten las redes eléctricas e interrumpir las comunicaciones de radio de alta frecuencia durante días y días, según el diario Express UK.

Afortunadamente, las tormentas solares G5 normalmente solo ocurren unas cuatro veces en cada ciclo solar de 11 años.

Cabe recordar que una eyección de masa coronal en septiembre de 1859 provocó la tormenta geomagnética más poderosa registrada, a la que los científicos se refieren como el Evento Carrington. Esta afectó las redes de telégrafo en Europa y América del Norte, así como el enlace transatlántico recientemente tendido que las conectaba.

Según los informes, las corrientes generadas en los cables por el evento meteorológico espacial provocaron que algunas líneas fallaran por completo. las torres de telégrafo se encendieran y que los operadores recibieran descargas eléctricas.

Posteriormente, se descubrió que otras conexiones aún funcionaban incluso después de que se cortó la energía, tan fuertes fueron las corrientes eléctricas inducidas por la tormenta.

Según un estudio presentado en la conferencia SIGCOMM 2021 de la Association for Computing Machinery (ACM), una gran tormenta solar como el Evento Carrington podría tener el potencial de paralizar el Internet durante semanas.

A diferencia de las líneas de telégrafo de la época victoriana, los cables de fibra óptica que constituyen la columna vertebral de Internet son inmunes a las fluctuaciones electromagnéticas provocadas por las tormentas solares.

No obstante, no se podría decir lo mismo de los amplificadores de señal que se distribuyen a lo largo de los cables submarinos para mantener las conexiones a largas distancias. Gracias a que están bajo el agua, estos cables de larga distancia no solo son más vulnerables a los impactos del clima espacial, sino que también son más difíciles de acceder para repararlos.

Por fortuna, los astrofísicos predicen que existe una probabilidad mínima de 1.6 % a 12 % de que una tormenta solar sea lo suficientemente poderosa como para causar una interrupción catastrófica en la sociedad moderna y golpee la tierra en los próximos 10 años.