Hace un tiempo la gente consideraba importante separar del todo los asuntos hogareños y los del trabajo. Pero hoy, por cuenta de la tecnología, esos límites se han difuminado y cada vez resulta más difícil mantener el horario laboral. Muchos han quedado atrapados en jornadas de 24 horas y 7 días de la semana. Para ellos, la solución es seguir trabajando hasta en la cama. Pero un estudio acaba de concluir que esa práctica podría ser una de las principales causas de muerte prematura en el mundo moderno. Los investigadores siguieron una muestra de 200 personas entre los 20 y 62 años, en su mayoría hombres, durante tres meses. Al menos el 50 por ciento de ellos declaró padecer con mucha frecuencia problemas relacionados con el trabajo en sus casas. Los expertos usaron pulsómetros para medir el ritmo cardiaco y resultó que, en efecto, esas personas presentaron más pulsaciones en la noche y, cuando no lograban desconectarse de la oficina, su cuerpo reaccionaba de la misma manera que en situaciones de mucho estrés. “Es mucho peor de lo que pensábamos. La cultura de llevar trabajo a la casa no solo está dañando las relaciones familiares, sino que está matando a la gente”, señaló David Plans, coautor del trabajo e investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad de Surrey, quien realizó el estudio con otros expertos de las universidades de Pisa en Italia, Oslo y Lillehammer en Noruega. Puede leer: El "karoshi", la muerte por exceso de trabajoEl problema es que muchos creen estar fuera de peligro pues casi siempre se ha dicho que los obesos y sedentarios tienen el riesgo de infarto. Pero el estudio muestra que quienes tienen salud y un peso ideal, aunque trabajan siete días a la semana, no han tomado vacaciones en un año y no tienen el concepto claro de balance casa-oficina serían propensos a sufrir complicaciones cardiovasculares. Plans señala que la mayoría de los voluntarios en el análisis no reconocieron los síntomas de estrés, pues decían que se sentían menos tensionados cuando realmente su organismo presentaba un aumento en los niveles de cortisol, adrenalina, noradrenalina, presión arterial y frecuencia cardiaca. “Con mediciones biométricas pudimos establecer una relación directa entre el riesgo de enfermedad coronaria y el estrés producido por asuntos del trabajo en horarios no laborales”, dice Plans. Es necesario aclarar que no se está hablando de trabajar mucho tiempo en la oficina, sino de llevar el trabajo a la casa después de la jornada. Por eso, uno de los hallazgos más sorprendentes es que esto último puede ser más estresante que hacer lo mismo en la oficina. Además del estrés propio de la actividad laboral, estar siempre sumergido en asuntos de trabajo en el hogar genera conflicto con los familiares. A esto se suma que estas personas no duermen lo suficiente. El estudio reveló que en promedio los niveles de estrés se mantenían por las nubes hasta las 8:30 de la noche, e incluso hasta la madrugada.Le recomendamos: Francia reconoce derecho de empleados a desconectarse del trabajo El estudio, publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience, señala que la principal causa de esta tendencia es la interconectividad, es decir, el uso permanente de los teléfonos inteligentes, las tabletas y los computadores portátiles. Pero también tiene que ver con el concepto de fusión trabajo-vida, impulsado en ciertos ambientes corporativos en los que se da libertad en los horarios mientras el empleado entregue sus reportes a tiempo. Para muchos esto implica trabajar en medio de los asuntos cotidianos y personales. Para algunos ha resultado un mal negocio pues dedican mucho más tiempo al trabajo que a sus temas personales. Según Anna Rasmussen, de Open BlenMethod, actualmente es casi imposible trabajar, como antes, de nueve de la mañana a cinco de la tarde. “Eso se debe a que hoy los padres deben criar a sus hijos y además trabajar. Y con la tecnología móvil esto implica hacer ambas cosas en cualquier lugar y nunca desconectarse”, dijo la experta al diario The Telegraph.Como consecuencia de ello, el estudio reveló que hay personas que padecen insomnio por mantener el cuerpo en ese estado constante de alerta. Otros simplemente se levantan entre tres y cuatro de la mañana a enviar correos electrónicos o adelantar labores, pues mentalmente siguen conectados con su trabajo, lo que los expertos consideran dañino pues interrumpir el sueño tiene un costo muy alto en la salud. “La gente siempre está conectada, voluntaria o involuntariamente. Las generaciones actuales han sido las primeras en lidiar con este problema en toda su dimensión y pagarán sus consecuencias”, afirma Gordon Henderson, directivo de AXA PPP Healthcare, proveedora de seguros médicos en Reino Unido, que apoyó la investigación.Leer: Recomendaciones para descansar de verdad durante vacaciones Aunque algunos prefieren terminar ciertas labores en su casa porque logran organizarse, concentrarse y rendir más que en la oficina, los expertos afirman que lo ideal es respetar cada espacio y procurar no mezclarlos. Otros proponen el teletrabajo algunos días a la semana, pero esto solo es posible si el empleado ha tenido una capacitación apropiada. De otra manera podría ser fuente de mayor estrés. El tema puede ser mucho más complicado para quienes trabajan freelance, pues muchas veces no tienen claras esas fronteras. Eso le sucede con frecuencia a Ángela Martínez, una consultora empresarial que de día salta matones para que la casa marche y “en las noches, en lugar del merecido descanso, tengo que adelantar trabajo en temas de oficina hasta la medianoche”, dice. La clave está en hablar del tema con sus jefes, establecer límites claros, organizar horarios fijos y eliminar la creencia generalizada de que trabajar durante largas horas es el secreto para ganar más dinero y tener éxito. “Es un problema cultural que hay que manejar más pronto que tarde”, señala Plans.