La televisión, las redes sociales y los estereotipos de belleza impuestos por la sociedad del consumo influyen en el comportamiento, en la estética y en la forma en que los demás aprecian su físico. Situaciones como estas podrían desencadenar en las personas trastornos en la conducta alimentaria que, a decir verdad, hoy son más comunes que nunca.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, estos trastornos se ubican en el tercer lugar entre las enfermedades crónicas más comunes que afectan a la población adolescente. Además, el 1% de la población mundial sufre de anorexia, el 3% se ve afectada por la bulimia y un 3,5% padece de otro tipo de alteración en la alimentación.
Según Laura Villamil, médica especialista en psiquiatría y magister en Nutrición Clínica, estos trastornos pueden terminar en situaciones graves para las personas y sus familiares, de modo que se debe aprender a identificar cuando la alimentación se empieza a convertir en una obsesión.
“La industria alimentaria se ha encargado de hacernos creer que algunos alimentos son saludables cuando definitivamente no lo son, nos han vendido un estereotipo de belleza, nos han hecho pensar que el ideal de persona es la delgada o el musculoso, estereotipos que en ocasiones son imposibles de lograr, ya que son producto de un montón de cirugías”, señala la especialista en psiquiatría.
Laura Villamil señala además que existen diferentes tipos de trastornos de la conducta alimentaria, algunos de ellos como los trastornos por atracón puede llevar a la obesidad, la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastornos de la conducta alimentaria no especificados.
Cabe anotar que el trastorno por atracón es una condición en la cual la persona come generalmente una cantidad de comida mucho mayor de lo normal, todo al mismo tiempo y hace que la persona se siente fuera de control.
Apoyo de la familia
Según Villamil, muchas veces se pretende minimizar e incluso normalizar la obesidad, muchos piensan que no es grave, pero la realidad es que esta guarda una gran similitud con otros tipos de trastornos como la anorexia o la bulimia.
“Hay ciertos factores de riesgo que pueden llevar a cualquiera de los anteriores desenlaces, la sociedad en la cual crecemos, hormonas o procedimientos completamente invasivos o dietas impensables”, señala la magister en Nutrición Clínica, al tiempo que advierte que el papel de los padres es determinante en la prevención de este tipo de trastorno, pues la forma en la que le enseñan a comer a sus hijos es crucial para evitar este tipo de situaciones, pues a lo largo de la vida se preferirán las opciones de comida que se ingerían en la infancia.
Villamil asegura que hay factores que pueden predisponer a un trastorno de la conducta alimentaria, como el ejercicio exagerado, el sedentarismo, las dietas muy restringidas, el consumo frecuente de gaseosas, bebidas azucaradas y grasas saturadas, así como comer varias veces entre comidas.
La familia, además, es clave a la hora de generar prejuicios o pensamientos sanos y positivos. Muchas familias solo se dedican a presionar, estigmatizar, le hacen pensar a las mujeres que son valiosas si se casan o tienen hijos, pero dejan de lado promover el autoestima de los hijos. Además, hay familias obesogénicas, que nunca promueven el ejercicio ni los hábitos saludables.
Con esta información en mente se puede prevenir todo tipo de enfermedades y contar con familiares, amigos y todas las redes para cuidar a los niños y niñas que están en riesgo de padecer estos trastornos.