Para muchas personas, la comida es una fuente de placer y saciedad que les genera felicidad y una mejor calidad de vida; sin embargo, hay otros que desarrollan una relación negativa con los alimentos, preocupándose en exceso por cuántas calorías consume al día y su imagen corporal. Y es en este punto que aparecen los llamados trastornos alimenticios.
De acuerdo con Mayo Clinic, los trastornos alimenticios son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan de manera negativa la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarse en diferentes áreas de la vida. “La mayoría de los trastornos de la alimentación se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa conductas alimentarias peligrosas”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos alimenticios son cada vez más frecuentes en las edades de 12 a 24 años. Asimismo, señala que estos trastornos son problemas de salud que afectan más a las mujeres que a los hombres. Sin embargo, esto no quiere decir que los hombres estén exentos de sufrir un trastorno alimenticio.
Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo. No obstante, la mayoría se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida. Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada y pueden llegar a causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y derivar en otras enfermedades.
De este modo, Mayo Clinic relaciona tres tipos de trastornos alimenticios que son más frecuentes: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo. Así mismo, detalla otros trastornos de la alimentación que comprenden el trastorno de rumiación y el trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos.
Anorexia nerviosa: este es un trastorno potencialmente mortal que se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, un gran temor en el aumento de peso y una percepción distorsionada de la figura corporal. Mayo Clinic asegura que las personas con anorexia limitan en exceso la ingesta de calorías, se ejercitan de forma desmesurada, por lo general utilizan laxantes y vomitan después de comer.
Bulimia nerviosa: cuando se tiene este trastorno se consumen purgas que incluyen una sensación de perdida del control de la alimentación. Muchas de estas personas registran todo lo que comen durante el día, lo cual les genera mucha ansiedad y culpa, y esto se puede manifestar ocasionando vomito, ejercitarte desmesuradamente o usar otros métodos, como los laxantes, para deshacerse de las calorías.
Trastorno alimentario compulsivo: se caracteriza por comer en exceso y después se genera un sentimiento de culpa por la cantidad de alimentos consumidos. Sin embargo, luego intentan hacer ejercicio desmesurado o con una purga, tal como lo haría una persona con trastorno de bulimia o anorexia.
Trastorno de rumiación: implica la expulsión repetida y continua de los alimentos después de comer, pero que no se debe a ningún trastorno de alimentación anteriormente mencionado. La comida vuelve a la boca sin ningún tipo de náuseas, y puede que la regurgitación no sea intencional. “A veces, los alimentos que se regurgitan se mastican nuevamente y se vuelven a tragar, o bien se escupen”, asegura Mayo Clinic.
Trastornos por evitación o restricción de la ingesta de alimentos: según Mayo Clinic, se caracteriza por no alcanzar los requerimientos nutricionales diarios por falta de interés al alimentarse. Esto quiere decir que una persona con este tipo de trastorno evitar las comidas con determinadas características sensoriales, como el color, la textura, el aroma o el sabor. “El resultado del trastorno puede ser un adelgazamiento significativo o la imposibilidad de aumentar de peso en la niñez, así como deficiencias nutricionales que pueden acarrear problemas de salud”.