Muchas personas recurren a productos cosméticos o técnicas quirúrgicas para solucionar los efectos del envejecimiento en la piel del rostro, aunque es posible mitigar la aparición de arrugas, manchas, ojeras, entre otros factores, simplemente recurriendo a rutinas de protección y cuidado que pueden implementarse desde el hogar.
En primer lugar, la alimentación juega un rol fundamental para estimular la producción de colágeno, una proteína estructural importante para la piel, específicamente en la dermis, que es la capa intermedia de la piel. Según el libro Vitaminas y minerales para la salud total, los alimentos ricos en vitamina C le pueden devolver a la piel el porcentaje de colágeno perdido.
Entre los alimentos que más se recomiendan, el libro menciona el pescado, los huevos, verduras, carnes rojas y frutos secos, al igual que otros que contengan omega 3. De igual manera, ingerir bastante agua mantiene la piel hidratada y fuerte.
De acuerdo con un estudio de la Revista Chilena de Nutrición, realizado por investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana de México y publicado en la biblioteca virtual Scielo, la dieta también debería incluir alimentos con propiedades antioxidantes, por ejemplo, aquellos que protegen el organismo de la oxidación que producen los radicales libres.
Entre los alimentos con propiedades antioxidantes y alto aporte de Vitamina C se destacan los vegetales verdes, frutas cítricas, aguacate, brócoli, espárragos, remolacha, entre otros. Las nueces, espinaca, perejil, aguacate y cereales integrales también cumplen con esas funciones y aportan Vitamina E.
El portal El Español, en su sección de Alimentación y Nutrición, recomienda una serie de alimentos que cualquier persona debería consumir si desea mantener una buena cantidad de colágeno en su cuerpo para mantener la piel sana.
- Pollo
- Pescados y mariscos
- Claras de huevo
- Cítricos
- Bayas (fresas, frambuesas, arándanos y moras)
- Frutas tropicales (mango, kiwi, piña y guayaba)
- Ajo
- Hojas verdes (espinaca, col rizada, acelgas y demás verduras de ensalada)
- Anacardos (conocido también como castaña de cajú)
- Tomates
Los anteriores alimentos contribuyen a mantener un buen nivel de colágeno, aunque los expertos resaltan que hay otros que generan justamente el efecto contrario, razón por la cual deberían evitarse en la dieta.
Por ejemplo, el exceso de azúcar y los carbohidratos refinados pueden causar inflamación y deteriorar el colágeno en el cuerpo, lo que también se ve reflejado en un deterioro en el estado de la piel, los huesos y los músculos.
La exposición al sol
La exposición al sol puede convertirse en uno de los principales factores para que se desencadene un proceso de hiperpigmentación en la piel de las personas, debido a que algunas células especiales producen demasiada cantidad de un pigmento llamado melanina, lo que termina generando la aparición de pecas, ojeras, manchas o áreas con tonalidades más oscuras.
“Los rayos UV emitidos por el sol activan las células denominadas melanocitos, que son las encargadas de producir melanina, el pigmento que da color a nuestra piel”, asegura Marinesa Meca, experta del laboratorio francés SVR Laboratoire Dermatologique, en declaraciones citadas por el portal Hola de España.
La recomendación es que aproximadamente veinte minutos antes de que la persona salga de casa se aplique protector solar sobre el rostro, incluyendo los párpados, como también sobre el dorso de los pies o espalda. En el caso en que la persona esté en una piscina o en el mar, se recomienda que aplique el protector solar cuando la piel esté seca.
Yoga facial
Un estudio publicado en la revista médica Jama Dermatology reveló que el envejecimiento facial genera que la capa de grasa localizada entre los músculos y la piel se vuelva más delgada y disminuya su elasticidad.
El estudio, liderado por el médico e investigador Murad Alam del Departamento de Dermatología de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos), asegura que realizar determinados ejercicios faciales puede contribuir a fortalecer los 57 músculos de la cara y el cuello.
Las rutinas de yoga facial, que pueden implementarse diariamente con una duración aproximada de media hora, consisten en una serie de estiramientos, ejercicios de tonificación y masajes del rostro que ayudan a que los músculos mantengan su fortaleza y elasticidad.