El Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos define la inflamación como “una respuesta fisiológica normal que causa que sane el tejido lastimado”.

“Un proceso inflamatorio empieza cuando los compuestos químicos son liberados por el tejido dañado. Como respuesta, los glóbulos blancos producen sustancias que hacen que las células se dividan y crezcan para reconstruir el tejido para ayudar a reparar la lesión. Una vez que sane la herida, terminará el proceso inflamatorio”, añade la entidad norteamericana

Mi Sistema Inmune, un blog sobre microinmunoterapia y el sistema inmune, financiado por el Fondo de Desarrollo Regional y el Gobierno de las Islas Baleares (GOIB), explica que el daño al tejido puede ser “causado por agentes de distinta naturaleza”. Uno puede ser mecánico, como es el caso de un golpe o una fractura, infeccioso que es causado por alguna bacteria o virus, o químico, por contacto con alguna sustancia agresiva, entre otros.

Entre los mecanismos de recuperación del tejido dañado que pone en marcha el organismo se incluyen calor, rubor, tumor y dolor. “El calor y rubor son debidos a una acumulación de sangre en el tejido afectado. El tumor es el aumento de tamaño de la zona inflamada, y se produce por la acumulación de células inmunes y salida del líquido plasmático. El dolor es por la acción de la presión y algunos mediadores sobre las terminaciones nerviosas”, señala Mi Sistema Inmune.

Los expertos coinciden en que, por lo general, la inflamación tiene un manejo en casa, salvo que esta evolucione a una inflamación aguda y dé paso a enfermedades. En ese sentido, Healthline, un sitio que maneja temas sobre la salud física y mental, reseña tres antiinflamatorios naturales para aliviar el dolor.

Bicarbonato de sodio con agua

Un estudio publicado en el Journal of Immunology, citado por Healthline, evidenció que el consumo de bicarbonato de sodio con el agua ayuda a reducir la inflamación. El estudio en mención advierte que la ingesta de esta sustancia debe ser limitada hasta dos semanas, puesto que en exceso puede derivar en efectos nocivos para la salud. Su preparación es muy sencilla, solo se debe disolver un cuarto de cucharada de bicarbonato de sodio en 8 a 12 oz de agua. Recomienda su ingesta después de una de las comidas dos veces a la semana, pero no más de cuatro semanas.

Jugo de perejil y jengibre

El carnosol presente en el perejil puede ayudar a reducir la inflamación que causa la artritis reumatoide, pues así lo han comprobado diversos estudios, explica Michelle Simon, médica naturópata certificada y presidenta del Instituto de Medicina Natural a Healthline. Del mismo modo, es de amplio conocimiento que el jengibre es un antiinflamatorio natural, gracias a la presencia de gingerol.

Los ingredientes que se necesitan para su preparación son: un manojo de perejil, un trozo pequeño de jengibre, dos tazas de espinaca, una manzana verde, el zumo de un limón, un pepino pequeño y tres tallos de apio. Todos se vierten en la licuadora y, cuando se hayan integrado por completo, la bebida estará lista para su consumo.

Tónico de limón y cúrcuma

“Numerosos estudios han demostrado que la curcumina, el ingrediente activo que se encuentra en la cúrcuma, puede ayudar a reducir la respuesta inflamatoria del cuerpo y proporcionar alivio para el dolor articular y la inflamación causada por la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple”, afirma Simon a Healthline. Entre tanto, el jengibre y el limón ayudan con la digestión, para aliviar la inflamación abdominal, de ahí que sea un tónico con numerosos beneficios para aliviar distintos problemas de salud.

El sitio explica que se deben mezclar en una cacerola una cucharada de cúrcuma fresca rallada, una cucharada de jengibre fresco rallado, el zumo de un limón, la cáscara de ese limón y tres tazas de agua filtrada. Estos ingredientes deben ser puestos a fuego lento, luego se sube la temperatura a fuego medio-alto y después se apaga antes de que hierva. El líquido en mención se cuela y se divide en dos vasos.