Mantenerse activo y evitar el sedentarismo es una de las mejores formas de tener una buena circulación, un aspecto que es determinante pues es el proceso mediante el cual el corazón bombea la sangre alrededor del cuerpo, precisa el portal Medical News Today.
Esto es vital para la salud del organismo, ya que a medida que la sangre circula, distribuye oxígeno y nutrientes a las células, mientras elimina desechos. Para tener una buena circulación es importante cambiar hábitos que puedan afectarla. Algunas de las recomendaciones de los expertos son, por ejemplo, dejar de fumar, reducir la ingesta de grasas saturadas y no permanecer en una misma posición durante mucho tiempo.
Cuando una persona tiene problemas con su circulación puede estar relacionado con el proceso natural de envejecimiento del cuerpo, pero también con afecciones como la enfermedad arterial periférica, diabetes, obesidad o tabaquismo, según información del portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Las piernas son una de las partes del cuerpo más expuestas a tener mala circulación y algunos ejercicios ayudan a mejorar esta condición.
Levantar y ejercitar las piernas: La elevación y flexión favorecen la circulación de las piernas, gracias a que estimulan el flujo. Resultan ideales tanto para prevenir como para combatir trastornos circulatorios, como las varices, según información de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro.
Para realizarlo la persona se acuesta en el suelo boca arriba, levanta las piernas hacia el techo y las extiende tanto como pueda. Luego, flexiona las rodillas y vuelve a estirar hasta completar 20 repeticiones con movimientos alternos. Las flexiones de rodillas son un movimiento complementario que ayuda a obtener mejores resultados. En esa posición de las piernas estiradas también es recomendable realizar movimientos circulares con los tobillos.
Caminar de puntillas: Cuando las personas andan en esa posición, logran estimular la contracción de los gemelos, que, al mismo tiempo, comprimen las venas, facilitando el retorno venoso. Esto se denomina bomba muscular y su activación influye de manera significativa en la circulación de las piernas.
Lo más adecuado es ponerse de pie y realizar la acción de pararse de puntillas 10 veces sin caminar. Igualmente, se puede combinar con el mismo ejercicio realizado con los talones en lugar de usar las puntas de los pies, de modo que se contraen los músculos opuestos.
Pedalear desde el suelo: Una de las mejores formar para promover la buena circulación de la sangre en las piernas es la emulación de bicicleta, acostado en el suelo. El movimiento consiste en elevar y mover las piernas al mismo tiempo, lo que favorece el retorno de la sangre hacia el corazón.
Acostado encima de una colchoneta, boca arriba y con las manos detrás de la nuca, se elevan las piernas y se simula pedalear durante uno o varios minutos. La recomendación de los expertos es efectuar este ejercicio todos los días y si es posible dos veces en el día, mejor.
La alimentación es clave
Además de los ejercicios, la alimentación es determinante para cuidar la circulación y por ello incluir en la dieta algunos alimentos específicos es aconsejable.
Por ejemplo, el aguacate es rico en vitamina E, un nutriente que es considerado un protector vascular. Se puede consumir varias veces a la semana, pues su contenido de grasas insaturadas es, en general, favorable para la salud del organismo.
Los huevos son otro producto recomendado. Es fuente de vitamina E y ácidos grasos omega-3 que, al contribuir al cuidado de las membranas celulares, refuerza las paredes de los vasos sanguíneos.
Los especialistas también aconsejan comer pescado, al menos dos veces a la semana, debido a que es rico en proteínas, indispensable para la masa muscular, que es la compresión natural más eficaz de las venas de las piernas; así como ajo crudo, un alimento que, de acuerdo con Natural Standard, ayuda a limpiar la sangre y evita la acumulación de placas.
Por último, los frutos rojos ofrecen beneficios para la circulación. Por ejemplo, los arándanos y fresas son ricos en flavonoides, los cuales ayudan a dilatar las arterias y proporcionan beneficios cardiovasculares, de acuerdo con información de la revista Circulation, una bondad que también ofrece el jengibre.