Mantenerse hidratado es una de las mejores formas de cuidar la salud del organismo por dentro y por fuera. Es importante que el cuerpo tenga el nivel correcto de agua, para permitir que se produzcan las reacciones químicas vitales y que los nutrientes se transporten a los órganos y tejidos, explica la compañía de salud Sanitas, de España.

Si bien no existe una fórmula única de cuánto líquido debe consumir una persona, pues las necesidades individuales dependen de muchos factores, incluida la salud, la edad, lo activa que es la persona y hasta su lugar de residencia, lo cierto es que es vital mantenerse hidratado, según el instituto de investigaciones Mayo Clinic.

“El agua es el componente químico principal del cuerpo y representa aproximadamente del 50 % al 70 % del peso corporal. El cuerpo depende del agua para sobrevivir”, precisa la mencionada fuente. Por ejemplo, el agua permite la eliminación de los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones, mantiene la temperatura en niveles normales, lubrica y amortigua las articulaciones y protege los tejidos sensibles.

Por el contrario, su deficiencia provoca deshidratación, un trastorno que impide que el cuerpo realice sus funciones normales. Solo con que una persona presente una deshidratación leve ya siente agotada su energía y experimenta cansancio.

En el propósito de mantener el cuerpo hidratado, con lo que se benefician no solo los órganos internos, sino también la piel, hay diversas frutas que realizan un gran aporte gracias a que la mayor parte de su contenido es precisamente agua. Estas son las tres más ricas en este componente.

Sandía

Este alimento tiene 94,6 % de agua. Según información del portal Consumer, de España, dos buenas tajadas de esta fruta suplen a un vaso de agua, de tal forma que resulta una buena alternativa para quienes no les gusta tomar líquidos.

Este producto es rico en vitamina C y tiene propiedades cicatrizantes que ayudan a regenerar más rápido la piel dañada por quemaduras, cortes o traumatismos. Además, también favorece la producción de colágeno, lo que se traduce en un cutis más elástico y suave. A esto se suma que es rico en antioxidantes, por lo que ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel.

Adicionalmente, este producto es fuente moderada de licopeno, que tiene propiedades antioxidantes y que reduce el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las personas consumen esta sustancia para disminuir la presión arterial y el colesterol alto, aunque se requiere mayor evidencia científica en torno a este aspecto.

Melón

Esta fruta con más de 92 % de agua es baja en calorías, contiene menos azúcar que otras y es rica en betacaroteno (provitamina A), cuyo consumo ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y degenerativas.

El melón también es fuente de vitamina C, que como ya se mencionó, es ideal para ayudar a cuidar la piel. Además, el melón es una de las frutas con más potasio. Este mineral, junto con la destacada presencia de agua, lo convierten en un buen diurético, asegura Consumer.

Fresas

Este alimento es bajo en calorías y el agua representa más de 89 % de su contenido. También destaca su aporte de fibra, que mejora el tránsito intestinal, y es fuente importante de vitamina C y ácido cítrico.

Estas frutas tienen un elevado contenido de potasio y escaso en sodio, por lo que son recomendadas para quienes sufren de hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. También son una buena fuente de fibra dietética.

Dada su riqueza en agua y su aporte de fibra, estas tres frutas, además de ayudar a mantener el cuerpo y la piel hidratados, son una buena opción para incluir en las dietas tendientes a bajar de peso. El agua ayuda a eliminar toxinas del organismo y a evitar la retención de líquidos; mientras que la fibra mejora el proceso digestivo y genera saciedad, evitando que las personas piquen de manera permanente.