El colesterol alto se ha vuelto un tema muy común entre las enfermedades de este siglo. Y es que se trata de un padecimiento que puede afectar desde muy temprana edad hasta una edad adulta. Por ejemplo, en España, entre el 50 % y el 55 % de la población adulta presenta niveles elevados de colesterol, aunque la gran mayoría desconoce que lo padece, según la Fundación Española del Corazón.
En contexto, el colesterol es una sustancia cerosa parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo. El cuerpo necesita algo de colesterol para producir sustancias, hormonas y vitamina D que le ayuden a digerir los alimentos. La sangre conduce el colesterol desde el intestino o el hígado hasta los órganos que lo necesitan y esto lo hace uniéndose a partículas que se llaman lipoproteínas.
Mayo Clinic indica que existen dos tipos de lipoproteínas: de baja densidad (LDL), que se encargan de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas la células del organismo, y de alta densidad (HDL), que recogen el colesterol no utilizado y lo devuelven al hígado para su almacenamiento o excreción por medio de la bilis.
La causa más común del colesterol alto es un estilo de vida poco saludable como fumar, que reduce el colesterol bueno (HDL), especialmente en las mujeres y aumenta su colesterol malo (LDL), también los malos hábitos alimenticios como consumir grasas dañinas o grasas saturadas que están en productos lácteos, procesados, fritos y algunas carnes, además, el tener baja actividad física, según Medline Plus.
Según el portal Manual MDS, tener demasiado colesterol en la sangre (colesterol alto) durante mucho tiempo puede causar problemas de salud, ya que conduce a una obstrucción de las arterias y las arterias obstruidas pueden originar un infarto miocardio (ataque al corazón), mala circulación en las piernas o accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, se puede tratar el colesterol alto modificando la dieta, haciendo más ejercicio y complementando las rutinas con algunos remedios naturales para retrasar los síntomas. Entre las opciones están las infusiones que aportan hidratación con un extra de aroma, en las que dependiendo de la planta que se infusione, el líquido resultante puede tener efectos saciantes, antioxidantes, quemagrasa y drenantes.
Cabe resaltar que aunque hace varios milenios las infusiones fueron protagonistas de un trasfondo ritualístico, lo cierto es que no hacen milagros, ya sea para reducir los niveles de colesterol o para bajar de peso. El consumo de las infusiones tiene que estar acompañado de hábitos saludables, según la Fundación Española del Corazón.
“Cuando viene un paciente con colesterol, las razones de sus altos niveles no son tan sencillas como el comer muchos dulces, existen razones genéticas y sobre todo, está muy vinculado a la obesidad”, explica Maria del Mar Silva, especialista en nutrición clínica.
“Las infusiones, lejos de ser milagrosas, sí pueden ayudar a la digestión como la menta poleo que es una buena aliada para las personas con mucha grasa abdominal. También pueden ayudar a controlar los niveles de ansiedad, para esos casos, las infusiones de melisa son perfectas”, añade Silva.
Infusiones para reducir los niveles de colesterol
Jengibre
- Investigadores iraníes revelaron que el jengibre en polvo tiene un poder hipolipemiante en el organismo, reducción el nivel de colesterol del malo y el aumento en el nivel de lipoproteínas de alta densidad, el bueno.
Diente de león
- Un estudio realizado por el Centro de Evaluación de Biomateriales expuso que el tratamiento con razín y hoja de diente de león cambió positivamente las actividades de las enzimas antioxidantes plasmáticas y los perfiles lipídicos en conejos alimentados con colesterol.
- En humanos podría tener efectos hipolipidémicos y antioxidantes potenciales.
Té verde
- La Universidad Complutense de Madrid afirma que al ser un componente diurético es ideal para combatir la retención de líquidos, y además ayuda a regular el colesterol.
- La investigación también sugiere que un consumo superior a siete tazas de té verde al día sería una buena elección para prevenir de enfermedades cardiovasculares, siempre que su consumo se realice en el marco de un ambiente correcto en el que dieta y ejercicio sean equilibrados.