En ocasiones, la importancia que tiene la alimentación se resta y se come de manera desmedida, sin importar las cantidades o el valor nutricional que aporte lo que se consume.
Por ello, algunas veces la digestión se ve afectada, porque se comen alimentos que caen pesado al organismo, afectando la digestión, desencadenando en un aumento de peso y la no eliminación de los desechos en el cuerpo.
Y es que vale decir que, según el Manual de MSD, “la digestión es el proceso por el cual el aparato gastrointestinal recupera nutrientes importantes para el cuerpo y transforma químicamente los alimentos no utilizados en residuos”.
Así, hay algunos alimentos que no son fáciles de digerir y le requieren mucho esfuerzo al sistema digestivo, como por ejemplo los fritos en la gran mayoría de sus presentaciones, especialmente los que venden y se consiguen en la calle o empaquetados; así como los postres y productos de este tipo que contienen azúcares artificiales, según El Clarín y Spatz Medical.
El último portal reseña que las bebidas gaseosas también son difíciles de digerir, al igual que todos aquellos que tienen un “alto contenido en lactosa (un azúcar natural)”, así como los que son picantes, ya que pueden irritar el revestimiento del estómago, así como cólicos, gases, hinchazón y malestar estomacal. Además del café o el té.
De otro lado, DR Bline, recomienda algunos alimentos que no caen pesado al estómago, por ser ligeros y que, contrario a los demás, pueden ser nutritivos, como “las espinacas, las cebollas y la coliflor son ricas en vitaminas y minerales, y previenen los problemas digestivos”.
Asimismo, la piña y el kiwi aportan fibra, mientras que para limpiar el aparato digestivo, precisamente, están frutas como los arándanos, las moras y fresas porque tienen un alto contenido en antioxidantes.
También destacan los beneficios del aceite de oliva, que evita el reflujo gástrico y favorece la eliminación de los desechos.
Dicho esto, en el portal Soy Aire recomiendan varios ingredientes que son indispensables para tener una buena digestión y, por ende, gozar de una mejor salud. Entre los que cabe destacar zanahoria, el jengibre, la espinaca, la sábila y la manzana.
La zanahoria, por un lado, destacan que tiene fibra soluble, es decir, que atrae agua y se convierte en gel (según Medline Plus), en el intestino.
Tan solo una zanahoria de tamaño medio cubre el 89 % de las necesidades diarias de este nutriente, razón por la cual se aconseja su consumo para obtener mejoras en la salud.
El jengibre, según el portal Mejor con salud, “contiene compuestos activos, como el gingerol, que tienen propiedades antieméticas y antiinflamatorias”, y estimula la producción de enzimas digestivas, lo que ayuda a mejorar la digestión y aliviar los síntomas de la indigestión.
En el caso de las manzanas tienen sorbitol, que es un azúcar natural que actúa como laxante natural. Según Lactoflora, “también ayuda a reducir el estreñimiento y controlar el colesterol malo o LDL”.
Finalmente, en el caso de la espinaca, Web Medy resalta que “es rica en fibra, lo que ayuda a promover una digestión saludable. La fibra agrega volumen a las heces y ayuda a que pasen sin problemas a través del tracto digestivo. Esto puede ayudar a prevenir el estreñimiento. La espinaca es un alimento prebiótico”.