La esquizofrenia es más común de lo pensado. Si bien tiene síntomas similares a otras condiciones, en verdad bastará con prestarles atención a tres para cerciorarse de que se trata de este trastorno.

Con base en la información de National Institute of Mental Health (NIH), se sabe que la esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Los pacientes con esta condición pueden perder el contacto con la realidad, algo angustioso para ellos y sus allegados.

Los síntomas de la esquizofrenia pueden dificultar la participación en las actividades cotidianas o habituales, pero existen tratamientos eficaces. En ciertos puntos, se requiere llevar a cabo una terapia especial, dado que los cambios entre realidad e imaginación implican un riesgo social en los pacientes.

Por lo general, el diagnóstico llega entre los 16 y 30 años, luego de que las personas experimenten el primer episodio de psicosis. El paso más importante es iniciar con el tratamiento lo antes posible, debido a que una consecuencia de la esquizofrenia son los cambios graduales den el pensamiento, estado de ánimo y funcionamiento social.

La esquizofrenia afecta el funcionamiento neuronal. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Los síntomas de la esquizofrenia pueden ser diferentes entre una persona y otra, pero generalmente se dividen en tres categorías principales: psicóticos, negativos y cognitivos. Cabe indicar que es una enfermedad grave, por el hecho de que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a 24 millones de personas globalmente.

Como se mencionó, el primer síntoma son los psicóticos. Los expertos explican que incluyen cambios en la forma en que una persona piensa, actúa y percibe el mundo. Las personas con síntomas psicóticos pueden perder el sentido compartido de la realidad con los demás y ver el mundo de una manera distorsionada.

Al experimentar esta sintomatología, los pacientes experimentan alucinaciones, delirios, trastornos de pensamiento y movimiento. En consecuencia, la forma en la que se visibiliza esta condición radica en oír voces, tener formas de pensar inusuales o ilógicas, no poder moverse con normalidad o ver imágenes no correspondientes a la realidad.

Las alucinaciones son un síntoma ocasionado por la esquizofrenia. | Foto: Semana

Por otro lado, al hacer referencia a síntomas negativos, se hace mención a la pérdida de motivación, interés o disfrute de actividades diarias. De igual forma, genera aislamiento de la vida social, dificultad para mostrar emociones y complicaciones para realizar actividades con normalidad.

A modo de ejemplo, los pacientes tienen problemas para planificar actividades, dificultades para sentir placer, hablar con voz apagada, evitar la interacción social, tener poca energía y disponer gran parte de la misma en actividades pasivas. Cabe indicar que estos aspectos tienden a confundirse con la sintomatología de la depresión y otras enfermedades mentales.

Por último, los síntomas cognitivos están asociados a dificultades de atención, concentración y memoria. Estos pueden dificultar el seguimiento de una conversación, aprender cosas nuevas o recordar citas. El nivel de funcionamiento cognitivo de una persona es uno de los mejores predictores de su funcionamiento diario.

El tratamiento para esta condición radica en medicamentos, aunque se puede acompañar con terapia. | Foto: Europa Press 2023

Adicionalmente, los expertos señalan que los pacientes experimentan problemas para tomar decisiones, usar la información después de aprenderla y deficiencia para concentrarse.

La mayoría de las personas con esquizofrenia no son violentas. En general, estas personas tienen más probabilidad de que otros les hagan daño que las que no tienen la enfermedad. Para las personas con esquizofrenia, el riesgo de hacerse daño o de violencia hacia los demás es mayor cuando la enfermedad no se trata.

Es importante ayudar a las personas que presentan síntomas para que reciban tratamiento lo antes posible.

Los tratamientos actuales para la esquizofrenia se centran en ayudar a las personas a controlar sus síntomas, mejorar su funcionamiento diario y lograr metas personales en la vida, como completar su educación, dedicarse a una carrera y tener relaciones satisfactorias. Es por ello que el diagnóstico temprano ayudará ampliamente a las personas.