Para algunas parejas, formar una familia es una decisión que se debe tomar considerando múltiples factores, como la etapa de la vida de los miembros de la pareja, los objetivos personales y profesionales, la condición económica, o el deseo mismo de tener un bebé.
No obstante, no son los únicos aspectos que influyen en este proceso. En el caso específico de querer un embarazo, el estado de salud de las personas es determinante para que ello sea una posibilidad.
Ciertas afecciones pueden convertirse en un obstáculo para estos planes o representar un riesgo para la gestación, como sucede con la trombofilia, bien sea del tipo heredada o adquirida. De acuerdo con el portal Top Doctors de España, consiste en un trastorno que altera la coagulación de la sangre, específicamente favoreciendo el desarrollo de trombos.
Según explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, se entiende por trombo “un coágulo sanguíneo que se forma en un vaso y permanece allí”. Esta condición representa un riesgo para la salud cuando el trombo no se mantiene donde se produjo y, en cambio, se mueve a través del torrente sanguíneo (un proceso que se conoce como embolia), puesto que puede terminar en el corazón y provocar un infarto.
Esta definición de la trombofilia es en términos generales; sin embargo, los expertos han tratado de ahondar en la relación de este trastorno con el embarazo, indicando los riesgos que implica tanto para la persona gestante como para el bebé.
Según precisan en un artículo de la organización sin ánimo de lucro Reproducción Asistida, los especialistas señalan que puede existir un vínculo entre el aborto involuntario o espontáneo y la trombofilia, debido a los cambios en el flujo de la sangre. No obstante, son claros en afirmar que es una relación que sigue siendo materia de estudio por la ciencia para determinarla con claridad.
“Durante el embarazo, la trombofilia puede causar complicaciones como hipertensión, preeclampsia, desprendimiento de placenta, restricción del crecimiento fetal y aborto retenido”, agrega Ciro Martinhago, head de Reproducción Humana y Medicina Fetal de Dasa Genómica.
El especialista sugiere que es importante descartar que una persona gestante padezca esta condición al momento de tomar la decisión de tener un bebé, ya que en caso, de tenerla, se deberán seguir las medidas indicadas por los profesionales de la salud para contrarrestar el efecto negativo y llevar a buen término el embarazo.
Por otra parte, se propone implementar buenos hábitos de vida, como mantener un peso saludable, evitar el consumo de alcohol y el tabaquismo, así como practicar actividad física moderada para prevenir la formación de trombos. Desde Top Doctors, además, sugieren realizarse exámenes de sangre constantemente, para hacerle seguimiento al comportamiento de la sangre y la efectividad del tratamiento.
La complejidad de esta afección conlleva a que los embarazos de personas que sufren de trombofilia sean clasificados como de alto riesgo. Al respecto, la entidad Reproducción Asistida es clara en indicar que lo idóneo es recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado, ya que esto puede garantizar hasta un 85% de probabilidades de que se pueda concluir la gestación, cuidando la salud de la madre y el bebé.
Asimismo, es importante no descuidar otros factores que son relevantes durante esta etapa de la vida, como la alimentación, especialmente por el requerimiento de nutrientes para el desarrollo y crecimiento del bebé.
Antes de encender las alarmas y frente a cualquier inquietud, es fundamental acudir al médico de cabecera y conocer las indicaciones de acuerdo con cada caso particular. De ninguna manera, este artículo sustituye la orientación de los especialistas.