El reflujo nocturno, también conocido como reflujo gastroesofágico, puede ser una experiencia incómoda y perturbadora que interrumpe la calidad del sueño y afecta la calidad de vida. La sensación de ácido ascendente desde el estómago hacia el esófago puede provocar ardor en el pecho, tos, irritación de garganta e incluso dificultad para conciliar el sueño.

Sin embargo, existen estrategias efectivas que pueden ayudar a eliminar el reflujo nocturno y permitir un descanso tranquilo. La que se mencionará a continuación es una de las más efectivas.

Reflujo gastroesofágico (GERD), acidez estomacal, dolor de estómago, úlceras gástricas, sistema digestivo. | Foto: Getty Images

Elevación de la cabeza de la cama

Elevar la cabeza de la cama puede ayudar a mantener el ácido estomacal en su lugar durante la noche. Colocar bloques debajo de las patas de la cabecera de la cama para elevarla a unos 15-20 cm (6-8 pulgadas) puede crear una ligera inclinación que facilita el flujo normal de los líquidos digestivos hacia el estómago y evita que el ácido suba al esófago. Esta posición puede reducir significativamente el reflujo nocturno y sus síntomas asociados.

Otras formas eficientes para evitar el reflujo

Cena temprano y ligera

Una de las claves para reducir el reflujo nocturno es evitar las comidas abundantes y pesadas cerca de la hora de dormir. Optar por una cena temprana y ligera puede proporcionar suficiente tiempo para que el sistema digestivo procese los alimentos antes de acostarse.

Los alimentos ricos en grasas y especias, así como las comidas con alto contenido de ácido, pueden aumentar la producción de ácido estomacal y empeorar el reflujo. En su lugar, elige opciones suaves y fáciles de digerir, como verduras cocidas al vapor, proteínas magras y carbohidratos complejos.

Evitar acostarse inmediatamente después de comer

El acto de acostarse poco después de una comida puede aumentar la probabilidad de reflujo nocturno. Se recomienda esperar al menos 2-3 horas después de comer antes de ir a la cama. Esto permite que el proceso de digestión avance y reduce la presión sobre el esfínter esofágico inferior, la válvula que separa el esófago del estómago y evita el reflujo.

Reflujo gástrico. | Foto: Getty Images

Ropa cómoda y holgada para dormir

La elección de la ropa para dormir también puede desempeñar un papel en la reducción del reflujo nocturno. Evitar prendas ajustadas alrededor del área abdominal puede ayudar a aliviar la presión en el estómago y minimizar las posibilidades de que el ácido se mueva hacia el esófago. Opta por ropa suelta y cómoda que permita un flujo natural de alimentos y líquidos a través del sistema digestivo.

Mantener una postura de dormir saludable

La posición en la que duermes puede influir en la gravedad del reflujo nocturno. Dormir boca arriba puede ser la posición más favorable, ya que evita que el ácido estomacal suba fácilmente al esófago. Por otro lado, dormir boca abajo puede aumentar las posibilidades de reflujo. Si eres propenso al reflujo, considera ajustar tu posición de sueño para minimizar el malestar.

Hidratación y elección de bebidas

Además de la comida, las bebidas también pueden desempeñar un papel importante en el reflujo nocturno. Evita las bebidas carbonatadas, con cafeína y ácidas cerca de la hora de dormir, ya que pueden relajar el esfínter esofágico inferior y aumentar el riesgo de reflujo. Opta por agua y tés de hierbas suaves en lugar de bebidas que puedan desencadenar el malestar.

El reflujo gástrico se produce cuando el músculo esfínter que se encuentra en la parte inferior del esófago se relaja en el momento incorrecto y permite el regreso del ácido gástrico al esófago. | Foto: Clínica Mayo

Consultar con un profesional de la salud

Si el reflujo nocturno persiste o se vuelve más severo, es esencial buscar orientación médica. Un profesional de la salud puede evaluar tu situación individual y proporcionar recomendaciones específicas. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a medicamentos recetados o tratamientos médicos más avanzados para abordar el reflujo de manera efectiva.

En resumen, el reflujo nocturno puede ser una molestia que interrumpe el sueño y afecta la calidad de vida. Sin embargo, a través de estrategias simples y efectivas, como cenar temprano y ligero, elevar la cabeza de la cama, evitar acostarse después de comer y mantener una postura de sueño saludable, es posible reducir el malestar asociado al reflujo.

Al hacer ajustes en la alimentación, el estilo de vida y la rutina de sueño, es posible disfrutar de noches más cómodas y sin interrupciones. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud si el reflujo nocturno persiste o empeora.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.