La importancia de decorar los interiores va más allá del placer estético, pues el diseño puede mejorar el estado de ánimo de las personas, así como reducir la presión arterial y el riesgo de desarrollar trastornos neurológicos degenerativos. Neurocientíficos han descubierto que los elementos naturales, la madera o los espacios diáfanos en el hogar permiten una mejor calidad de vida en todos los aspectos.
Por lo general, el gusto de las personas y hasta la intuición son herramientas que se pueden usar para amoblar y decorar el hogar y los espacios de trabajo; sin embargo, varios experimentos en adultos y niños han demostrado que es importante saber elegir los elementos que están en nuestro entorno, ya que estos tienen un gran impacto en la salud mental.
Muchos estudios han probado la eficacia de las imágenes de naturaleza. Por ejemplo, los pacientes de hospitales cuyas habitaciones dan a entornos naturales necesitan menos analgésicos y dejan el hospital antes que las personas que están en habitaciones completamente encerradas. Incluso, los estudiantes que pueden ver espacios exteriores verdes se concentran mejor que los que se enfrentan a edificios totalmente cubiertos.
El portal web cuidadoymente.com recomienda algunos trucos de decoración que favorecen los niveles de relajación y bienestar en el hogar y lugar de trabajo.
Colocar detalles que recuerden a la naturaleza
No vivir en un espacio con ventanas que lleven directo la mirada a un jardín no es ningún impedimento para estar rodeado de la naturaleza. Se puede recrear espacios naturales al interior del hogar por medio de imágenes naturales, esculturas de animales y sonidos de cantos de pájaros y cascadas.
Poner madera natural
Los muebles de madera natural o las paredes forradas de paneles de madera son una decoración que permite obtener un mejor bienestar. Un estudio dirigido por Xi Zhang, de la Universidad Jiao Tong en Shanghai (China), ha comprobado que una decoración con texturas naturales hace que se sienta más feliz y menos cansado. De este modo, la madera tiene cualidades especiales y tocarla disminuye la presión arterial en comparación con el aluminio y el plástico, que tienden a aumentarla. Hasta el olor a madera resulta relajante.
Espacios amplios y diáfanos
Por lo general, las personas que sienten más cómodas en espacios abiertos, por lo que podría ser necesario eliminar algunas paredes y no colocar demasiados muebles, ya que esto obstaculizaría la vista.
Oshin Vartanian, psicólogo e investigador en la Universidad de Toronto (Canadá), explicó que los espacios pequeños y cerrados producen una mayor actividad en la corteza cingulada media anterior del cerebro, que responde a las amenazas. En cambio, “los espacios diáfanos activan las áreas del cerebro involucradas en la exploración visual y un estado mental mucho más relajado”.
Apostarle al orden
Aunque algunos estudios no son concluyentes, los espacios bien ordenados y organizados, con simetrías y repeticiones en lugar de caos, pueden favorecer la eficiencia en el trabajo e, incluso, una mejor alimentación.
Elegir colores adecuados
Los colores tienen una importante influencia en el estado de ánimo de las personas. De hecho, existe un campo de estudio conocido como psicología del color, el cual analiza cómo es el comportamiento y las reaccionamos a los estímulos de los diversos tonos. De esta manera, no es conveniente elegir colores muy saturados porque generan agitación. Una buena opción de color es el azul, porque trae relajación y tranquilidad.
Iluminación adecuada
Este es uno de los factores más esenciales para tener un entorno tranquilo. De este modo, expertos recomiendan combinar la luz natural con luz artificial. La iluminación natural ayuda a mantener los ritmos circadianos y a poseer unos niveles adecuados de vitamina D.