La abundancia de comida, en ocasiones, puede terminar en el derroche de la misma. Por ejemplo, en los hogares donde se compran altas cantidades de verduras y frutas, al ser alimentos que se degradan, existe el riesgo de que un porcentaje se dañe antes de ser consumido.

Este escenario también aplica cuando se cocina en exceso, ya que si se prepara más comida de la que los habitantes del hogar pueden consumir, las sobras son mayores y estas podrían terminar en la basura.

Con el objetivo de minimizar el desperdicio de comida, así como el volumen de sobras, vale la pena contemplar algunos hábitos que podrían ayudar en el proceso. Al respecto, un artículo publicado en el portal Opcions reseña cuatro claves para evitar el derroche de alimentos en los hogares.

Como primera medida, es importante planificar las compras antes de ir al mercado y definir cuánta comida se requiere, es decir, comprar lo necesario, especialmente si se incluyen frutas, verduras, carnes, lácteos y demás alimentos que se descompongan en periodos cortos de tiempo.

Hacer una lista con lo que aún se tiene en casa (despensa y nevera) ayudará a identificar mejor qué alimentos son prioritarios y cuáles se pueden dejar para después, reduciendo el riesgo de que se dañen al no ser aprovechados oportunamente.

Otra alternativa consiste en esquivar las promociones. Si bien los clásicos “pague uno y lleve dos” resultan atractivos, así como los paquetes que reúnen varias unidades de un mismo producto, esta dinámica conduce a que las personas compren más de lo que realmente necesitan.

La segunda recomendación reseñada por el portal citado consiste en hacer una correcta conservación de los alimentos. Por ejemplo, cuidar que los productos que necesiten estar en espacios frescos realmente lo estén, así como aquellos que requieran ser almacenados en el refrigerador o el congelador.

Como tercera medida figura un detalle que suele ser ignorado al momento de hacer mercado: verificar las fechas de vencimiento. En ocasiones, por el afán de hacer las compras rápido o aprovechar alguna promoción, las personas pasan por alto verificar el estado del producto. Al caer en este error, resultan sorprendidas cuando notan que ya no es comestible y su sabor ha cambiado como producto de la descomposición natural.

Finalmente, respecto al aprovechamiento de las sobras, Opcions sugiere guardar los restos de comida y aprovecharlos en la preparación de otro plato durante la semana. Por ejemplo, menciona que algunos hogares destinan un día para reunir las sobras y preparar tortillas, así como otros alimentos en función de las preferencias de cada familia.

¿Cómo aprovechar las sobras?

Cada tipo de alimento posee características que le permiten ser aprovechado de manera diferente. Por ejemplo, en el caso de las verduras, una posibilidad es preparar un salteado y acompañarlo con cereales o proteína como carne o pescado. También pueden licuarse para preparar crema.

En recetas como pasteles, las cuales sugieren una preparación con yemas de huevo, el destino de las claras queda “en el aire”. Si bien algunas personas prefieren incorporar el huevo en su totalidad, otras siguen las instrucciones al pie de la letra. En ese caso, las claras pueden hervirse y ser aprovechadas para acompañar ensaladas, por ejemplo.

Otro de los alimentos que suelen dañarse antes de ser consumidos son las frutas. Si ya está muy madura pero aún puede aprovecharse, una solución compartida por Opcions consiste en cortarla en trozos pequeños y guardarla en un congelador. Estos trozos de fruta puede ser usados en batidos con yogurt, leche vegetal o para preparar coulis, cocinándolos durante cinco a diez minutos.

El pan, otro alimento que se evita cuando ya está duro, todavía puede ser aprovechado. Lo único que se debe hacer es rallarlo para preparar sopa de pan o cortarlo en trozos pequeños para acompañar ensaladas o cremas. Además, puede recuperar su sabor si se pasa por la sartén con un poco de aceite o tostándolo en un horno. Se puede agregar mantequilla y/o ajo en polvo.