La ciencia no se detiene en su lucha por lograr mejores condiciones para diagnosticar y tratar la enfermedad neurodegenerativa del Alzheimer.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo viven actualmente unos 47 millones de personas con algún tipo de demencia; en 2030 se espera que sean aproximadamente 75 millones y en 2050 se cree que la cifra podría estar cercana a los 132 millones.
Ahora, un estudio internacional, en el que participaron investigadores del Grupo de Neurobiología de las Demencias y la Unidad de Memoria del Instituto de Investigación del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau - IIB Sant Pau, de Barcelona, España, descubrió dos nuevos genes que se asocian a un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en la revista científica Nature Genetics, analiza datos de más de 32.000 genomas completos de pacientes con Alzheimer, lo que representa el mayor estudio de este tipo que se ha realizado hasta ahora en esta patología.
Los resultados de este trabajo permiten concluir que variantes genéticas raras presentes en cinco genes –SORL1, ABCA7, TREM2, ATP8B4 y ABCA1– se asocian a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
“Si bien esto ya se sabía para los primeros tres genes, el hallazgo de que las alteraciones genéticas dañinas en ATP8B4 y ABCA1 pueden conducir a la enfermedad de Alzheimer no se había observado previamente”, explicó Oriol Dols-Icardo, uno de los autores del estudio.
Además, los investigadores encontraron que las mutaciones dañinas en un sexto gen, ADAM10, muy probablemente también conducirán a un mayor riesgo de esta enfermedad.
Funciones de los genes estudiados
Todos los genes identificados en este estudio están involucrados en el mantenimiento de la adecuada salud del cerebro, y el deterioro de cualquiera de ellos es indicativo de procesos patológicos asociados a la enfermedad de Alzheimer.
Los ‘genes de Alzheimer’ descubiertos previamente, que son SORL1, ABCA7 y TREM2, están involucrados en el procesamiento de la proteína B-amiloide por parte de las neuronas o en el sistema inmunitario del cerebro.
Los genes recién descubiertos van en esta misma dirección. El gen ABCA1 mantiene niveles saludables de colesterol y fosfolípidos en las células cerebrales y se asocia con niveles más bajos de proteína amiloide agregada, cuya acumulación en placas es bien sabido que constituye un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer.
Al igual que ABCA1, el gen ATB8B4 (recién descubierto) está involucrado en el transporte de fosfolípidos, principalmente en las células inmunitarias del cerebro.
Por su parte, el gen ADAM10 tiene un papel principal en el procesamiento de la proteína precursora de B-amiloide, pero de tal manera que evita la formación de esta proteína.
La investigación apunta a que los genes identificados, juntos, representan los mecanismos moleculares que se ven más afectados en los pacientes de Alzheimer, lo que ayuda a mejorar el conocimiento de las bases biológicas de la enfermedad.
Se estima que entre el 60% y el 80% del riesgo del Alzheimer puede explicarse por factores genéticos. En el caso de la enfermedad de inicio temprano (antes de los 65 años) esta cifra se eleva a más del 90%. Por lo tanto, el genoma único se postula como una herramienta que podría ayudar a estratificar mejor el riesgo de esta enfermedad en el futuro.
La investigación fue posible gracias a un esfuerzo de colaboración de un grupo internacional liderado desde el Amsterdam University Medical Centers, en Países Bajos; el Instituto Pasteur de Lille y la Universidad de Rouen Normandie, ambos en Francia; con la participación del IIB Sant Pau como único centro de España.
*Con información de Europa Press