Aunque el consumo de carne procesada ya ha sido vinculado en el pasado al riesgo de cáncer de colon y recto, es la primera vez que se encuentra una asociación con el cáncer de páncreas. El estudio, llevado a cabo en el Instituto Karolinska en Estocolmo, revisó los resultados de 11 ensayos en los que habían participado cerca de 7.000 pacientes. Los resultados -publicados en British Journal of Cancer (Revista Británica de Cáncer)- mostraron que por cada 100 gramos de carne procesada en la dieta diaria, el riesgo de la enfermedad se incrementa 38%. La evidencia sobre la carne roja, que también ha sido asociada a un riesgo de cáncer colorrectal, fue inconclusa en la nueva investigación. Aunque se encontró un mayor riesgo entre los hombres, no se observó el mismo resultado en las mujeres. El estudio mostró que los hombres que comían 120 gramos de carne roja al día tenían un riesgo 29% mayor de cáncer pancreático que quienes no comían carne. Desde que se conoce el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal con la carne roja y procesada, los expertos recomiendan a los adultos no consumir más de 70 gramos diarios de estos productos. Y el nuevo estudio apoya la evidencia sobre el riesgo de consumir carne. Más riesgo Aunque el cáncer de páncreas no es uno de los tipos de cáncer más comunes, es uno de los más letales porque a menudo se le detecta en etapas avanzadas. A menudo se describe a la enfermedad como un "asesino silencioso" porque en sus primeras etapas el tumor no presenta síntomas y en etapas más avanzadas los síntomas no son específicos y varían de una persona a otra. Por eso, afirman los expertos, es importante entender cuáles son los riesgos de desarrollar el trastorno. "Se sabe que comer carne incrementa el riesgo de cáncer de colon y recto, pero hasta ahora no se sabía si existe un vínculo con otros tipos de cáncer", explica a la BBC la profesora Susanna Larsson, quien dirigió el estudio. "El cáncer pancreático tiene bajas tasas de supervivencia. Así que además de diagnosticarlo en etapas tempranas, es importante entender qué es lo que incrementa el riesgo de esta enfermedad". "Si la dieta tiene un impacto en el cáncer pancreático, esto puede influir en las campañas de salud pública para ayudar a que se reduzca el número de casos de esta enfermedad ", agrega. Todavía, sin embargo, será necesario llevar a cabo más estudios para confirmar la asociación porque puede haber otros factores, como la obesidad, que influyen en este riesgo. Tal como expresa Sara Hiom, directora de información de Cancer Research Uk -un centro de investigación sobre cancer en el Reino Unido-, "todavía no se logra establecer si la carne es un factor de riesgo definitivo del cáncer de páncreas". "Y es necesario realizar investigaciones más amplias para confirmarlo". "Pero este análisis sugiere que la carne procesada podría desempeñar un papel". Hasta ahora, agrega, lo que se sabe es que fumar es un factor mucho más grande en el riesgo de cáncer de páncreas. La evidencia, sin embargo, apunta a que es mejor evitar por completo la carne procesada. El Fondo Mundial para la Investigación de Cáncer (WCRF) así lo recomienda. La doctora Rachel Thompson, subjefa de ciencia de la organización, expresa que "como parte de nuestro proyecto continuo de actualización, en los próximos meses reexaminaremos los factores de riesgo del cáncer pancreático". "Esto deberá ofrecernos más información sobre la relación entre cáncer de páncreas y carne procesada". "Ya existe una clara evidencia de que tener sobrepeso o ser obeso puede incrementar el riesgo de esta enfermedad y este estudio puede ser un indicio preliminar de otro factor detrás del trastorno". "Independientemente de este último estudio, nosotros ya habíamos establecido un fuerte vínculo entre comer carne roja y procesada y tus probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal". "Por eso en el Fondo recomendamos limitar el consumo de carne roja a 500 gramos de peso al cocer a la semana y evitar totalmente la carne procesada" agrega la experta. Síntomas Más Comunes de Cáncer Pancreático . Dolor abdominal que se extiende a la espalda (que empeora después de comer). Pérdida inexplicada de peso. Ictericia . Debilidad y pérdida de apetito. Náusea. Dolor de espalda. Comezón en la piel. Diabetes. Fiebre y temblores