Las uñas, al igual que la piel, pueden delatar algunos problemas de salud. Por esta razón, no hay que descuidarlas y es importante estar siempre atentos a sus señales.

Entre los factores más importantes para tener en cuenta están: la curva de las uñas, su grosor, el color, la textura, el brillo, su fragilidad, los surcos y las crestas. Elementos como estos dicen mucho. Incluso, el estado de la cutícula en general, según el portal EConsejos, en su sección de belleza y salud.

Cabe destacar que las uñas sanas suelen tener un aspecto natural color rosa. Si por el contrario, estas suelen tener un tono amarillento o decolorido, si tienen manchas de otros colores, entonces las personas que lo padecen puede tener algún problema silencioso.

En concreto, las uñas amarillas pueden surgir como consecuencia del envejecimiento o del uso determinado de productos en las uñas. Además, puede ser un signo de algún problema como la presencia de una infección bacteriana o fúngica, deficiencia nutricional de ciertas vitaminas y minerales o por enfermedades como la psoriasis, según el portal especializado en salud, Tua Saúde.

Las uñas amarillas pueden surgir como consecuencia del envejecimiento o del uso determinado de productos en las uñas. Foto: GettyImages. | Foto: Gettyimages

Significado de los colores de las uñas:

  • Rayas rojas: infección en las válvulas del corazón.
  • Uñas blancas: problemas hepáticos.
  • Rayas oscuras: envejecimiento o problemas cardíacos.
  • Uñas verdes: infección bacteriana.
  • Tonos azules: bajos niveles de oxígeno en la sangre.
  • Tonos pálidos: falta de vitaminas.

Las uñas escamadas: es decir, separadas en capas, entran en esta categoría. Este síntoma, o las uñas partidas, pueden ser indicadores de:

  • Psoriasis.
  • Desnutrición crónica.
  • Deficiencia de vitamina C, proteínas o ácido fólico.

La dirección en que crecen las uñas: cuando las uñas se curvan hacia arriba, pueden ser signo de:

  • Hipotiroidismo.
  • Enfermedades del corazón.
  • Desequilibrio en los niveles de hierro y problemas asociados.

Uñas secas:

  • Pueden delatar problemas de la tiroides y, por tanto, problemas hormonales, así como la presencia de hongos.

Agujeros en la superficie: esto se puede deber a:

  • Deficiencia de zinc.
  • Psoriasis.
  • Alopecia.
  • Problemas del tejido conectivo.

Aunque algunas uñas son más duras que otras, no es normal que sean gruesas. Esto puede delatar varios problemas:

  • Problemas de circulación.
  • Uñas gruesas con textura rugosa: infección micótica.
  • Reacciones alérgicas a ciertos medicamentos.
  • Psoriasis o problemas de tiroides.
  • Enfermedades pulmonares.

Las uñas amarillas y la salud

Uno de los síntomas más comunes de la hepatitis A, B C y D, es la alteración del color de las uñas y zona blanca del ojo proporcionándoles un tono amarillento.

Por otro lado, las infecciones micóticas también tienden a provocar esta anomalía en la coloración de las uñas. Sobre todo la aparición de hongos, en su primera fase acostumbra a desarrollar un tono amarillento en las uñas, tanto si se produce en las de los pies como en las de las manos, según el magazín El Mundo Deportivo, en su sección de salud y belleza.

Chris G. Adigun, médico del Dermatology & Laser Center of Chapel Hill, señala que cerca de 50 % de las distrofias de las uñas están causadas por una infección micótica (fúngica) (onicomicosis). El resto se debe a diversas causas como lesiones en las uñas, deformidades congénitas de las uñas, psoriasis, liquen plano y, a veces, tumores (cancerosos y benignos).

Algunas veces, las enfermedades que afectan a otros órganos (enfermedades sistémicas) pueden causar también cambios en las uñas, entre los que se incluyen los siguientes:

  • La deficiencia de hierro: puede dar lugar a uñas en forma de cuchara (coiloniquia). Esta deformidad es particularmente característica del síndrome de Plummer-Vinson, según MSD Manuals.
  • La insuficiencia renal: puede provocar que la mitad inferior de las uñas se vuelva blanca y la mitad superior rosada o pigmentada (uñas mitad y mitad o uñas de Lindsay). Esta distrofia también puede ocurrir en personas sanas.
  • La cirrosis: puede provocar que las uñas se vuelvan blancas, aunque la porción superior de las mismas permanezca rosada. Las uñas de color blanco intenso, también llamadas uñas de Terry, pueden estar presentes no solo en personas con cirrosis sino también en aquellas con insuficiencia cardíaca crónica o diabetes.
  • Algunas enfermedades pulmonares: a menudo acompañadas de linfoedema (una acumulación de líquido linfático en los tejidos), pueden causar síndrome de las uñas amarillas, en el que las uñas aumentan su grosor y su curvatura y adquieren una coloración amarilla o amarillo-verdosa.