De acuerdo con cifras oficiales de 2020 del Ministerio de Salud y Protección Social, se estima que en el país aproximadamente una de cada ocho personas sufre asma, lo que la convierte en la segunda enfermedad respiratoria crónica más relevante después de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Esta afección se caracteriza por producir una inflamación y obstrucción de los bronquios al interior de los pulmones, luego de la exposición a cambios brucos de temperatura, polen, ácaros, infecciones virales, polvo doméstico, humo del tabaco, irritantes químicos y otros.
Esta enfermedad aqueja a personas de todas las edades; sin embargo, es más frecuente en los niños y niñas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, más de 262 millones de personas sufren de asma y más de 461.000 han muerto debido a esta. No obstante, no existe cura para esta enfermedad.
Aunque algunas personas viven con el asma como un problema menor, a otras les afecta realmente e interfiere con sus actividades diarias, por esto es bueno tener presentes algunos consejos de los expertos para aprender a controlar esta afección. Justamente, para el neumólogo de Mayo Clinic Healthcare en Londres, John Costello, tener un buen control de la enfermedad es clave para mantener los síntomas a raya y evitar un episodio.
De acuerdo con Medline Plus, los síntomas del asma incluyen tos con o sin producción de esputo (flema), retracción de la piel entre las costillas al respirar (tiraje intercostal), dificultad para respirar que empeora con el ejercicio o la actividad, silbidos o sibilancias cuando se respira, dolor o rigidez en el pecho, dificultad para dormir y un patrón de respiración anormal.
El asma suele ser una afección que va y viene, pero empeora ante un virus respiratorio, una alergia u otro motivo desencadenante. No se sabe porqué algunas personas contraen asma y otras no. En algunas, sus signos y síntomas recrudecen en ciertas situaciones, como al hacer ejercicio. El clima frío y hasta las tormentas de lluvias también pueden desencadenar el asma.
“El asma tiene un gran componente genético, igual que las alergias, pero aún se investiga una definición clara de los genes implicados y es un tema muy discutido. Por lo tanto, es muy difícil prevenir el asma como afección, pero la frecuencia y la gravedad de los ataques sí pueden prevenirse con un tratamiento regular”, afirma Costello.
Por su parte, los niños con asma posiblemente no puedan expresar verbalmente los síntomas que presentan, pero los padres suelen notar que el pequeño tiene infecciones de pecho más frecuentes que los demás hermanos o escuchan un silbido del pecho a menudo. Además, en la familia pueden registrarse antecedentes de tos, silbido del pecho, falta de aire, asma o alergias, todos factores que dirigen hacia el diagnóstico de esta afección.
“El asma generalmente mejora en los primeros años de la adolescencia. No obstante, tampoco se sabe por qué mejora ni si es por cambios hormonales o de otro tipo. De todas maneras, una vez que se diagnostica asma, existe la tendencia de que, bajo las circunstancias apropiadas, vuelva a presentarse más adelante en la vida”, añade el neumólogo.
Según la Clínica Mayo, la prevención y el control a largo plazo son la clave para detener los ataques de asma antes de que comiencen. El tratamiento suele consistir en aprender a reconocer los factores desencadenantes, tomar medidas para evitarlos y hacer un seguimiento de la respiración para asegurarte de que los medicamentos mantienen los síntomas bajo control. En caso de un ataque de asma, es posible que tenga que utilizar un inhalador de alivio rápido.